Juanita Morel como mito popular

Juanita Morel como mito popular

Dentro de muchos años, debajo de unos escombros alguien encontrará un disco del Trío Reynoso,  y se preguntará qué rareza arqueológica es esta. Luego tratará de decodificarlo o hacerlo sonar, tras lo cual escuchará con dificultad, un estribillo que repite y repite: “entre las mujeres tu eres mi derriengue”. Buscando el significado de la palabra derriengue, encontrará que se trata de una debilidad en las caderas, que produce dolor, torcedura y desbalance. Supondrá que la Juanita les causaba ese padecimiento o enfermedad a los hombres, que no sería propiamente una enfermedad terminal, ya que el “occiso” cantaba, como quien se deleita en su malestar. Por lo cual, la Morel  sería una hechicera o una mujer con unas artes amatorias desquiciantes, que producían descalabro.

Lo extraño para los arqueólogos sería, más bien,  que a los hombres de otras latitudes no se les conoce esa afección. Con auxilio de biólogos y zoólogos darían con que son las hembras de los gatos que, cuando están en estado de celo, se les desploma la cadera y caminan arrastrándose,  y dan alaridos infernales, desvelantes, cuando en callejones nocturnos, el macho las posee. Por cuanto sería un síndrome poco viril, eso de “enamorarse como una gata”, estar derrengado por el deseo o la pasión. A no ser que se trate de una cultura enfermiza, con “alma de carnaval” y corazón de bachata; cultura del relajo, hechizada, afectada por una debilidad emocional en las caderas, que afecta la cintura y los genitales con incontinencia y descontrol frente al deseo.

Esto, consecuentemente, conecta con graves asuntos como la infidelidad, la degeneración sexual, la prostitución, la paternidad irresponsable. Produciendo en serie, “degeneración tras degeneración”, a una especie de “hombre-bragueta-floja”, y otras formas conexas de sensualidad, que incluyen barriga y genitales, desde la papila inicial,  al ducto terminal.

La Palabra de Dios aconseja con gravedad amarrarse bien los lomos, la cintura, que no los hombros, como creen  muchos. Porque de allí sale la semilla humana, el embrión de donde depende la fortaleza genética de nuestros descendientes. No solamente biológica, sino espiritual y moral. Porque bragueta-fácil y barriga-añoñada,  son individuos que se disuelven tras los deleites mundanos; de carácter débil y “melalcohólico”, con demasiada vocación por lo ajeno, deformados espiritual  y emocionalmente.  Esos hallazgos  arqueo-antropológicos, ayudarán a los compatriotas del futuro, a entender tanta corrupción y degradación en estos tiempos (y las deudas que heredarán).

Aconseja San Pablo: “Cíñete con el cinto de la Verdad, ponte la coraza de la Justica”, para que puedas servir a Dios y los hombres _ y, con honestidad, también a las mujeres. Que no te derriengue la sensualidad. Aunque se te aparezca la mismísima Juanita Morel en persona. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas