POR RADHAMES GONZALEZ
Los jueces del Estado de Nueva York, no gozan de ningún tipo de privilegios para desempeñar sus funciones y para lograr la expedición de un permiso para el porte de arma de fuego para su protección, tienen que seguir los trámites como si se tratara de ciudadanos comunes y pagar sus impuestos al fisco.
El único beneficio que reciben cuando solicitan un permiso para portar armas de fuego, es que se le agilizan los trámites, según explicó el juez de una corte civil de Nueva York, Manuel Méndez Olivero.
Un juez de una Corte Federal del Estado de Nueva York, devenga un sueldo de US$136,700 al año y uno de un condado de dicho Estado, gana US$125,000, pero pagan un 50 por ciento de sus emolumentos en impuesto.
El doctor Rolando Acosta, quien es miembro de la Suprema Corte del Estado de Nueva York, afirma que se siente satisfecho con dicho sueldo si se compara que su padre ganaba años atrás US$5,000. Recordó que en los últimos 9 años a los jueces del Estado de Nueva York, no se les ha hecho un aumento de sueldo y aun así no se han lanzado a una huelga. Nosotros no podemos hacer huelga, declaró el doctor Acosta.
Los magistrados del Estado de Nueva York, tampoco tienen chofer pagado por el contribuyente; no tienen miembros para su seguridad personal ni para que vayan al supermercado de compras con sus esposas o para llevar sus hijos al colegio.
Acosta dijo que a veces se ha encontrado con gentes que han sido condenadas por él y que eso trae inicialmente un poquito de miedo y si sucede algo fuera de lo normal, eso es lo que lleva a que le den un poquito de protección a uno.
Sólo solicitan seguridad para protegerse cuando han dictado sentencias judiciales que afectan a personas o sectores que podrían atentar contra su vida. Además, no reciben exoneraciones de vehículos ni de otro tipo por la labor que realizan.
Cobran una dieta cuando salen de su jurisdicción a cumplir con funciones propias de su cargo, explicó el doctor Rolando Acosta, miembro de la Suprema Corte de Justicia de la ciudad de Nueva York.
Ayer, seis jueces que ejercen funciones en la Corte Suprema y varios condados del Estado de Nueva York, expusieron las condiciones en la cual desempeñan sus funciones y los beneficios directos o marginales que perciben, en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.
Los entrevistados fueron los magistrados Rolando T. Acosta, de la Suprema Corte de Justicia de Nueva York, así como Fabiola Soto, jueza de la Corte Civil de esa ciudad; Julia I. Rodríguez, del Condado del Bronx; Rita Mella, de la Corte Civil, al igual que Manuel Méndez Olivero y Diccia Pineda-Kwruan, del Condado de Queens. Todos son de origen dominicano y migraron hacia Estados Unidos hace unos 20 años; algunos nacieron allá como es el caso de la doctora Soto.
Explicaron que sí tienen el privilegio de estacionar su automóvil en cualquier parqueo público con sólo exhibir su placa donde se indica la condición que ostentan.
El magistrado Acosta, quien es nativo de Santiago, dijo que en la mayoría de los casos prefiere tomar el tren para ir a cumplir con sus labores.