Juego de números transforma al FMI en un sudoku gigante

Juego de números transforma al FMI en un sudoku gigante

Alan Beattie
Es una historia apasionante de alta geopolítica y baja astucia, y se trata de quien consigue sentarse y adónde. La saga de poder dentro del Fondo Monetario Internacional (FMI), que por años se ha desplegado en incrementos infinitesimales en la forma de una saga familiar, repentinamente se ha vuelto una película de Stieg Larsson filmada contra el tiempo. Los premios en juego son 24 asientos en el consejo ejecutivo del Fondo.

Los gobiernos han estado hablando por años sobre dar a los países de mercados emergentes una comprensión más firme sobre el volante de la gobernación global. El mes pasado Estados Unidos quitó un artificio procesal ordenado para forzar la decisión sobre la reorganización de los distritos de los países, cada uno de los cuales es representado en el consejo por un director ejecutivo, para el 1ro. de noviembre. Los 187 gobiernos que son miembros del Fondo se están ahora combinando para actuar.

Los perdedores serán principalmente los países europeos más pequeños. Europa ahora ocupa nueve asientos, una participación que no combina con su porción de la economía global. Los oficiales están luchando con posibles permutaciones, esencialmente cambiando la gobernación de la institución en un gigante juego de sudoku.

El episodio subraya dos cosas sobre la gobernación global económica. Una es el conflicto entre los altos principios abstractos y la turbia realidad burocrática. La otra es la notable tendencia de Europa, desorganizada y desunida, que fracasa aún en usar el poder que este tiene.

Frente a esto, los cambios son grandemente cosméticos. Los mercados emergentes ganarán tal vez tres o cuatro asientos. En las negociaciones adjuntas sobre un cambio en las “cuotas”, cada contribución financiera del país al FMI, que también determina sus derechos al voto, las acciones de los mercados emergentes pueden incrementar por 5-6 puntos porcentuales.

Pero la mayoría de los votos del consejo tienen lugar por consenso, y el 17% de participación de Estados Unidos continuará dándole el veto sobre los votos importantes, que requiere un 85% de la gran mayoría.

Todavía los cambios cosméticos pueden tener importante simbolismo. Por años el FMI fue referido como una herramienta de los países ricos y odiado a lo largo de Asia emergente por las duras condiciones que éste imponía durante la crisis del 1997-98. Dominique Strauss-Kahn, el astuto director de gestión del Fondo, recientemente ha tratado de maniobrar la organización hacia la relevancia, pero todavía necesita recuperar más credibilidad.

Es fuerte no sentir compasión por los países europeos, básicamente los nórdicos y los Países Bajos, que posiblemente pierdan influencia. En general, ellos son buenos ciudadanos globales con generosos presupuestos de ayuda, opiniones sensibles sobre las economías globales y un consistente compromiso hacia la transparencia. Y si Europa sólo pudiera organizarse mejor, ésta no necesitaría perder influencia.

En teoría, Europa podría ejercer vasto poder sobre el FMI. Muy aparte de tener hasta ahora el de facto derecho de nombrar uno de los suyos como director de gestión, los países europeos se mantienen aproximándose al 30% de los votos en el Consejo. Y todavía la queja común sobre el FMI es que sus acciones son dominadas por E.U., no por Europa.

Los líderes europeos hablan constantemente de crear una simple postura política de la Unión Europea, si no un único asiento, en el consejo del FMI. Esto no ocurre. En los asuntos claves Europa frecuentemente se divide. Muchos europeos quieren dejar que el fondo suelte la crisis de préstamos más rápido: Alemania está renuente.

Cuando la crisis griega afectó anteriormente este año, la eurozona estuvo nerviosa y discutiendo por meses, balanceó el compás sobre si ésta quería que el FMI se involucrara o no, y finalmente acordó un rescate que puede haber sido mucho más pequeño de lo que había tenido si hubiera actuado más rápido.

Los gobiernos de los mercados emergentes pueden tomar nota. Frecuentemente no es la representación aritmética que les da a los países la influencia, sino la competencia, la organización y la determinación. Eso va para los crecientes poderes, como también para los decadentes.

Si los Brasiles, Indias y Chinas del mundo realmente quieren controlar las instituciones financieras internacionales, necesitan comenzar a ultimar las posiciones comunes sobre los temas que importan.

Contar porcentajes y estudiar minuciosamente los organigramas no es suficiente. 

La cifra

17%

de participación  tiene en el FMI Estados Unidos, frente al 85% del resto de los países miembros. La queja  común sobre el FMI es que sus acciones son dominadas por E.U., no por Europa, cuenta esta mantienen aproximándose al 30% de los votos en el Consejo.

La clave

Europa y el FMI

Europa podría ejercer vasto poder sobre el FMI. Muy aparte de tener hasta ahora el de facto derecho de nombrar uno de los suyos como director de gestión, los países europeos se mantienen aproximándose al 30% de los votos .

México se protege contra la caída del precio del petróleo

Javier Blas  y Gregory Meyer

 Londres y New York

México está adquiriendo su política de seguros contra la caída de los precios petroleros del año próximo, a fines de proteger sus exportaciones del metal negro para el 2011 en alrededor de $65-$70 el barril, mientras toma consideraciones de precaución sobre la recuperación económica global. Los seis productores de petróleo más grandes del mundo este año protegieron todas sus exportaciones en $57 el barril, temiendo al potencial de la recesión doblemente profunda. Pero, para el año que viene, los banqueros, comerciantes e intermediarios dijeron que México estaba cerrando en un precio de venta a un precio petrolero más alto.

El programa para México es la mayor protección del mundo en los mercados de materia prima y uno de los pocos que implementaron una entidad soberana, antes que una compañía. Goldman Sachs, Barclays Capital, Deutsche Bank y JPMorgan están organizando el programa del próximo año. Los intermediarios estiman que los bancos ya han protegido alrededor de 100-150 millones de barriles y agregaron las fluctuaciones a las opciones extrabursátiles que el mercado estaba continuando, indicando que el programa de protección todavía estaba siendo implementado.

Los intermediarios dicen, que esperan que México proteja menos de 200 millones de barriles, por debajo del nivel de este año de 230 millones. Los banqueros también indican que, basados en las actuales tasas del mercado, México estaba pagando una prima de entre $5 y $6 por barril para las opciones puestas, los contratos que dan al propietario el derecho, pero no la obligación, para vender a un precio predeterminado y fecha, ponen el costo del programa en alrededor de $1 millardo.

 “Las fluctuaciones comenzaron hace aproximadamente una semana y media atrás”, dijo un intermediario de New York. Un comerciante de Londres dijo: “Lo hemos visto en el mercado por varios días”. Los precios del crudo de West Texas Intermediate se han comerciado entre $70 y $80 el barril por la mayor parte del año pasado. La canasta petrolera de México se comercia a un descuento de alrededor de $5 para el punto de referencia WTI.

Este año México pagó $1.17 millardos por su protección y es improbable que obtenga cualquier beneficio debido a que los precios del petróleo se han comerciado por debajo del nivel al cual este certificó un seguro. Pero en el 2009, México ganó alrededor de $5 millardos de sus derivados del petróleo después que los precios energéticos se desplomaron.

El gobierno depende del petróleo por encima de un 40% de su ingreso. La protección es ahora aún más importante ya que la producción petrolera está bajando rápidamente, desde 3.8 millones de barriles al día en el 2005 a 2.9 millones de barriles diarios este año, privando a México de los ingresos.

El país ha visto la protección del petróleo como un seguro “contra un resultado realmente malo, antes que como una apuesta sobre la dirección del mercado”.

El año pasado, en relación al programa de protección del país para el 2010, Agustín Carstens, entonces ministro financiero de México, dijo que estaría satisfecho aunque México no logre ganancias financieras de la transacción debido a que implicaría que los precios del petróleo han quedado altos.

Los bancos involucrados en los convenios se rehusaron a comentar. El Ministro de Finanzas de México no devolvió las llamadas que buscaban comentarios.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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