Juego de suma cero

Juego de suma cero

El pulso Danilo-Leonel es de suma cero, como en teoría de los juegos, todo o nada. Se ha llevado a un desenlace extremo. El que pierde termina su carrera política y se va para su casa, el que gana se queda con la candidatura presidencial y el liderazgo hegemónico del partido de Juan Bosch. Es lo que está en juego. Así de sencillo.
Pero hay un problema. La economía pierde producto con el amagar y no dar de Danilo y la presión de Leonel para que no quite el «nunca jamás». Cualquier modelo de tendencia y no de probabilidades estima que por la indecisión es cuantioso el costo social que se está pagando, entre medio punto y un punto porcentual de crecimiento del PIB. El costo conservador equivale a US$1,200 millones menos a final de año, hablo de tres millones de dólares diarios menos por ralentización del crecimiento de la actividad privada y del consumo de los hogares.
Costo diario al que se suma la pérdida de producto de la campaña negativa en contra del turismo pagada a periodistas y periódicos estadounidenses por competidores en la Región del Caribe, y la pérdida que genera el oscurecido escenario internacional, como estima el FMI y el Banco Mundial, ralentiza el crecimiento del comercio y el PIB global, al alterar la cadena de suministro y reducir los flujos de capital.
Todavía no es visible el costo total de los tres choques que supera el uno por ciento del PIB, con potencial para interrumpir el robusto ritmo de crecimiento de la economía que en los últimos nueve años (2010-2018) aumentó el ingreso por persona medido en dólares en 46.6%. Resultado en parte atribuible al flujo de inversión extranjera directa que totalizó US$22,358.7 millones, un promedio anual de US$2,484.3 millones.
Los inversionistas extranjeros y dominicanos, para seguir haciendo negocios con tranquilidad, están demandando a políticos y al partido en el poder que les garantice, además de seguridad y legalidad jurídica, un ambiente político sin sobresaltos. Sin duda, el pulso Danilo-Leonel genera lo contrario. A diferencia del Banco Central, los inversionistas tienen confianza absoluta, con hechos y no palabras en cada coyuntura demuestra que es guachimán de la estabilidad macroeconómica.
Lo prueba son las recientes políticas monetarias expansivas, para aumentar la liquidez de la economía, acelerar la demanda de préstamos del sector privado e impulsar el crecimiento del PIB, abarató el crédito de 5.50% a 5.00%, y liberó RD$35 mil millones del encaje legal para préstamos a la producción, construcción, exportación y consumo. Para lo que existe margen suficiente, de RD$948,279.0 millones, un 22% del PIB, era el balance de los préstamos en pesos al sector privado de las entidades financieras.
Finalizo esta nota indicando que la política monetaria expansiva no se diseñó para compensar pérdida de producto por el pulso político Danilo-Leonel, la política monetaria no es cura total. Aunque no soy de los que con datos parciales acostumbran hacer pronósticos prematuros, está claro que para cerrar la brecha negativa entre crecimiento observado del PIB y crecimiento de 5.5%, objetivo del año, se debe resolver el pulso Danilo-Leonel, evita que se reduzca el gasto de empresarios y salario de los trabajadores. Y debe ser esta semana.

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