Juegos económicos y el dólar

Juegos económicos y el dólar

ROSARIO ESPINAL
El Premio Nóbel de Economía 2005 fue concedido a Robert J. Aumman y Thomas C. Schelling por sus contribuciones en la aplicación de la teoría de juegos para la comprensión de los conflictos y la cooperación en la economía y la política. En 1994, el Nóbel se le otorgó a otros tres economistas también por sus contribuciones al desarrollo de esta teoría.

¿Qué es la teoría de juegos y cómo puede utilizarse?Asume que los actores en sus interacciones comparten el control de variables que utilizan para tomar decisiones. Cada actor escoge su estrategia en función de sus prioridades y tomando en cuenta lo que hacen los demás.

El fundamento de la teoría es que la interacción se produce entre actores racionales que actúan en función del cálculo, no de la emotividad. El resultado del juego se determina a partir de las posiciones conflictivas o de cooperación que adopten los actores.

La teoría no se refiere literalmente al juego, sino al establecimiento de estrategias entre actores racionales. Pero opera como una simulación analítica porque utiliza la lógica de los jugadores en los juegos racionales (no de azar) para analizar situaciones concretas en la sociedad.

Algunos juegos son sencillos y fáciles de descifrar; otros conllevan intenciones complejas difíciles de analizar. Se llaman “juegos suma cero” aquellos donde la ganancia de uno significa la pérdida del otro y no hay posibilidad de cooperación beneficiosa.

Un ejemplo del juego suma cero es la elección del presidente en un sistema presidencial. El candidato que gana obtiene todo el poder porque en este sistema no hay necesidad de compartir el ejecutivo con la oposición para gobernar.

En un sistema parlamentario, por el contrario, el resultado electoral no es necesariamente de suma cero porque un primer ministro necesita suficiente apoyo parlamentario para gobernar. Por ejemplo, hace varios días los principales partidos opositores de Alemania (el socialdemócrata y el socialcristiano) acordaron una gran coalición parlamentaria porque ninguno obtuvo mayoría en las elecciones del 11 de septiembre.

En la economía, donde los recursos son limitados y deseados por tantas personas, la posibilidad de conflictos abiertos o encubiertos es alta.

Veamos la situación con el dólar en la República Dominicana.

El dólar es una moneda muy preciada y de su valor depende, en parte, el bienestar de la gente. Por eso la fluctuación de la tasa de cambio genera temores.

Actualmente, si el dólar baja se beneficia el gobierno y el pueblo porque hay que destinar menos pesos para pagar la gran deuda externa que los gobiernos dominicanos le han cargado al pueblo. Se benefician también los consumidores porque las importaciones resultan más baratas y se puede controlar mejor la inflación.

Por otro lado, si el dólar baja hay sectores que se resienten: el exportador y turismo que reciben menos pesos por los dólares que cambian, los que reciben remesas porque sus dólares aportarán menos pesos para costear las necesidades, los inversionistas con dólares para invertir, y los dominicanos que compraron dólares caros y quisieran ahora cambiarlos a pesos.

Si estos actores no hicieran nada; es decir, no se quejaran, ni presionaran al gobierno para que incida en la tasa de cambio, ni escribieran en los periódicos, ni hablaran en televisión y radio, ni incidieran en la política monetaria, no habría juegos conflictivos con el dólar. Unos ganarían cuando la tasa baje y otros cuando suba. Pero los agentes económicos y políticos buscan con frecuencia incidir sobre la tasa de cambio en función de sus intereses particulares, aún sabiendo que hay condiciones estructurales favorables o desfavorables a las fluctuaciones. Porque valga la aclaración, no es simplemente la oferta y la demanda del dólar que establece la tasa de cambio.

Actualmente el juego conflictivo con el dólar se escenifica públicamente entre actores enfrentados con posiciones opuestas.

Algunos economistas de la oposición propugnan por la devaluación del peso para beneficiar al turismo y los exportadores, y porque argumentan que las presiones del mercado cambiario empujan de todas formas a la devaluación, así que mejor hacerlo temprano que tarde.

La posición contraria es sustentada por el Gobernador del Banco Central y el Presidente de la República, quienes buscan mantener estable la tasa de cambio para hacer menos oneroso el pago de la deuda externa y la factura petrolera, controlar la inflación y evitar la incertidumbre económica y política.

En el juego económico del dólar también participan los grupos empresariales; unos porque se benefician si la tasa baja y otros si sube.

Todos estos actores tienen sus argumentos para influenciar la tasa de cambio y seguirán moviendo, en función de sus intereses, las piezas del ajedrez que inspiró algunos economistas Premio Nóbel a desarrollar la teoría de juegos.  En el trasfondo existe una disponibilidad y demanda real de dólares que constriñe estructuralmente el juego.

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