La XXXI versión de los Juegos Olímpicos que serán inaugurados oficialmente este viernes en el Estadio Maracaná, en Río de Janeiro, y que desde la escogencia de esta atractiva ciudad brasileña como sede del máximo evento multideportivo se proyectaba como uno de los más exitosos de todos los tiempos, en los últimos meses debido a una conjunción de diversos e inesperados problemas, se vio al borde del colapso total, sin dejar de reconocer que todavía durante su realización del 5 al 21 del presente mes de agosto, el ambiente no estará exento de tensión ante la posibilidad de cualquier acción dañina contra la imagen y buena marcha del certamen.
La selección como sede frente a otros aspirantes, tuvo que ver con su importancia geopolítica y comprobada eficiencia organizativa en montajes de importantes acontecimientos deportivos como los Juegos Panamericanos Río 2007 y el Mundial de Fútbol 2014. Fueron determinantes los factores siguientes: experiencia, capacidad técnica, seguridad y aspecto financiero, este último renglón parecía contar con gran solidez, distinto a la situación de recesión por la que ha atravesado durante más de un año la gran nación suramericana.
El éxito de los juegos comenzó a ponerse en duda desde la irrupción de una altisonante crisis política y económica tras investigaciones que revelaron una trama de corrupción en la estatal Petrobras, sumado a ello la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff para afrontar un juicio político mediante acusaciones por supuestamente realizar maniobras tributarias para falsear déficits fiscales. La confrontación en las calles y manifestaciones masivas de grupos políticos antagónicos en lucha por el poder por momentos crearon temores sobre el fantasma de una guerra civil, una preocupación que se ha ido disipando.
Las críticas de importantes sectores en torno a que la ciudad sede no estaba preparada para montar los Juegos, se fundamentaba en que Brasil estaba muy afectado por el virus del Zika. En las competiciones se estima que participarán unos 10,500 atletas y se espera la llegada de 500 mil turistas, razón por la cual se ha procurado despejar cualquier temor a la infección.
Destacados deportistas ya han anunciado que no acudirán a los Juegos para evitar contraer la enfermedad. El listado incluye a los tenistas Serena Williams y Andy Murray, los basquetbolistas Pau Gasol y Stephen Curry, el golfista Jason Day, entre otros.
El alto nivel de inseguridad ciudadana por posibles atentados terroristas, llegó a tal punto que fueron detenidas diez personas que supuestamente estarían vinculados al temible Estado Islámico.
La delegación de Rusia que originalmente estaba compuesta por 387 integrantes, sufrirá una merma de alrededor de 100 atletas, por estar implicados en dopaje.
Pese a una serie de quejas sobre dificultades en la villa de 31 edificios, denunciadas por diversas delegaciones, desde el inicio de esta semana, el Presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, elogió los trabajos de reparación y adelantó que los mismos serán unos grandes Juegos Olímpicos, en procura de bajar el grado de tensión a que ha estado sometido la organización del certamen en esta etapa crucial tan próxima a la justa.
En cuanto a la participación y perspectivas de la delegación dominicana al magno evento dominado por las potencias del primer mundo, se puede afirmar que sus posibilidades en el medallero son escasas, integrada por 29 atletas, siendo nuestro principal buque insignia Luguelín Santos, medallista de plata en los 400 metros planos de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, quien no ha presentado registros apreciables últimamente como consecuencia de lesiones que podrían limitar sus aspiraciones.
El brumoso panorama que muchos pudiesen imaginar, quedaría despejado a partir de un esplendoroso acto inaugural mañana en el histórico estadio Maracaná. Podría ser el preludio de que los juegos finalmente se desarrollen exitosamente, pasando la prueba por encima de los malos augurios.