Primero, el sol. Ahora, lluvia y viento. De hecho, un tifón ni más ni menos. Los Juegos Olímpicos de Tokio, demorados un año por la pandemia del coronavirus, arrancaron con un calor agobiante y se preparan ahora para otro azote de la naturaleza: Se anuncia un tifón para el martes por la mañana que podría afectar algunas competencias.
“Da la sensación de que uno se estuviese preparando para un evento sangriento”, comentó el jugador de rugby neozelandés Andrew Knewstubb.
No hay que alarmarse, dicen los japoneses. El temporal que se avecina es apenas una tormenta tropical de mediana fuerza en otros países. Y los surfistas de la playa de Tsurigasaki afirman que la tormenta Nepartak podría mejorar la competencia, siempre y cuando no golpee la playa directamente.
Las competencias de arco, remo y vela, no obstante, modificaron sus programas del martes. “Es una tormenta tropical de grado 3 en la escala de 5 de otros países, solo que en Japón a eso le decimos tifón. No hay que inquietarse demasiado”, expresó el portavoz de los juegos Masa Takaya.
“Es la categoría más débil. De todos modos, no deja de ser un tifón”. En la playa, a 145 kilómetros (90 millas) de Tokio, los competidores ven con buenos ojos un cambio de clima, siempre y cuando no traiga lluvia y vientos a la playa. La competencia de surf fue demorada el lunes porque no había buenas olas. Pero si la tormenta se da como se pronostica, el oleaje sería dos veces más alto.
“Si fuese el dueño de una casa, diría ojalá no pase por aquí”’, manifestó Kurt Korte, meteorólogo oficial de la competencia olímpica de surf. “Pero como surfista, digo
está bien que haya un tifón, pero no pases por aquí’. Todo el mundo está de acuerdo en que un tifón a cierta distancia es lo mejor que puede pasar”.
La Oficina Meteorológica Japonesa dijo que Nepartak se dirigía hacia el noroeste, al este de Japón, el lunes por la noche y que se esperaba llegase a tierra firme el martes por la tarde. La tormenta puede traer fuertes vientos, de hasta 150 milímetros (5.9 pulgadas) de agua y olas altas al cruzar la región nororiental de Japón. La competencia de arco pasó para el miércoles el programa vespertino del martes.
El tenis podría verse obligado a postergar los partidos en las canchas auxiliares, aunque no los de la cancha principal, que tiene un techo corredizo. Cualquier tipo de lluvia —tifón, tormenta tropical o una llovizna— marcará un gran cambio respecto a los tres primeros días de la justa, caracterizados por un intenso calor.
Svetlana Gomboeva sufrió un desmayo por una insolación en el primer día de la competencia de arco, pero se repuso y terminó ganando una medalla de plata. En el tenis se dispusieron descansos más prolongados para dar a los jugadores la oportunidad de recuperarse del calor. Anastasia Pavlyuchenkova se enfriaba con hielo y tenía un tubo que lanzaba aire frío junto a su asiento.
En el skateboarding, la pista era un horno y los patinadores se quejaban de que el calor del cemento ablandaba la goma de sus skateboards y hacía que resultase más difícil controlarlos. Los meses de julio y agosto son normalmente calurosos y húmedos. Japón fue criticado por no describir apropiadamente la severidad del clima de verano cuando postuló a Tokio como sede. Dijo que hacía un calor moderado, que ofrecía condiciones ideales.
Durante el día hacen normalmente 35 grados Celsius (95 Fahrenheit), pero en algunos lugares superan los 40 (104). Una demora de su partido del martes por la medalla de bronce de sóftbol sería un problema para Canadá, que tiene pasajes para viajar el miércoles de vuelta a su país.