El Jueves Santo, el día anterior a la crucifixión de Jesús el profeta de Nazaret, en la colina del Gólgota en las afueras de Jerusalén, es un tiempo para ser considerado y remembrado por la narración del ajetreo y las múltiples acciones tomadas de Jesús en ese entonces. Estos deben ser tomados en cuenta por los prelados cristianos, los maestros, gerentes de grupos sociales, religiosos, políticos o castrenses. Es recomendable para las personas de buena voluntad, y los eruditos que estudian las relaciones humanas, a fin de señalar cómo deben ser las pasiones de quienes tienen posiciones de liderazgo; pues, están llamados a tener paciencia, humildad, y ser ejemplos idóneos ante grupos y comunidades.
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El primer Jueves Santo no fue un día cualquiera, debido a las múltiples y significativas acciones de Jesucristo, que sirven de señales que indican capacidad, inteligencia e integridad. Entre las variadas gestiones del profeta ese memorable día, están las siguientes:
Primero: Jesús compartió con sus discípulos en una cena judía de la fiesta Pascual, en memoria de la liberación de los hebreos de la esclavitud en Egipto.
Segundo: Los discípulos tuvieron una discusión sobre cuál de ellos debía ser considerado como el más importante. Ante esto, el Maestro actuó de manera dramática para dar lección de lo que es humildad y señaló: “El que manda tiene que hacerse como el que sirve”.. Jesús lavó los pies de sus discípulos como demostración de humildad, ejemplo de vocación de servicio, y para manejar la disputa que tenían por la dirección del grupo. Con ese gesto de lavar los pies de sus discípulos, el dirigente de la consagración actuó en consonancia con lo que predicaba.
Tercero: La Cena del Señor fue tornada de la Pascua Judía al Santo Misterio del Sacramento del Cuerpo y Sangre de Jesucristo, como prenda en memoria de Él.
Cuarto: Jesús dio un nuevo mandamiento: “Que se amen los unos a los otros… pues, si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos”.
5to: Ante la declaración de Pedro a Jesús: “¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti! Jesús respondió: “¿De veras? Pues, mira, te aseguro que antes de que cante el gallo, me negarás tres veces”. Más tarde -esa noche- Simón Pedro negó conocer al profeta de Galilea.
6to: En vista de que Judas traicionara a su líder; los que participaban en la cena, preguntaron a Jesús. ¿Señor, quién es? Jesús respondió con una dramática acción: mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, y le incitó a ejecutar de inmediato, diciéndole: -“Lo que vas a hacer, hazlo pronto”.