Juez aboga por juicio penal abreviado infracciones leves

Juez  aboga por juicio penal abreviado infracciones leves

El juez coordinador de los Juzgados de Instrucción, Alejandro Vargas, pidió al presidente del Poder Judicial, Mariano Germán, consensuar con los demás actores del proceso penal la aplicación del “juicio abreviado” en los casos de infracciones menores, a fin de descongestionar el sistema y evitar que colapse.

Dijo que la gran cantidad de casos “de poca monta” que a diario llegan al sistema penal requieren de un esfuerzo extraordinario de parte de los operadores del mismo, porque sin un presupuesto que permita desplegar los tribunales y el personal necesario es muy difícil darle respuesta a tantas demandas.

Reveló que la mayoría de las personas que están en rebeldía con la justicia lo que han cometido son infracciones leves, e indicó que “para poder expulsar del sistema esas infracciones de poca monta” es necesario aplicar el juicio penal abreviado.
Personas en rebeldía. Ál mes de enero pasado solamente en el Distrito Nacional eran 4,942, según había declarado la fiscal Yeni Berenice Reynoso. De esa cantidad, el 46% corresponde a casos de infracciones por drogas.

Es frente a esa abundante demanda que hay en los requerimientos judiciales que el magistrado Vargas hizo su propuesta al presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y del Consejo del Poder Judicial (CPJ), en el acto de puesta en circulación de su libro “Medidas de Coerción Personal”.

La propuesta. “ Proponemos que se trate de consensuar con los demás actores del proceso para ver si cuando una persona comete una infracción de poca monta, al momento de conocerle la medida de coerción se pueda aplicar un juicio penal abreviado que expulse del sistema esa infracción, porque el sistema está lleno de muchos casos, incluso de posesiones simples de droga, e insertar en el proceso esos casos tan simples lo que hace es distraer y gastar recursos de manera innecesaria cuando desde el principio a esos casos se les puede dar una respuesta”, dijo Vargas.

Refirió que uno de los grandes éxitos que tiene la justicia norteamericana es precisamente la capacidad del sistema para consensuar desde un principio esas infracciones, y sostuvo que si en el país no se crean mecanismos idóneos para dar respuestas rápidas, “no habrá presupuesto capaz de soportar todas esas demandas y el sistema va a colapsar”.

Casos más difíciles. Para el Juez de Instrucción, los casos más difíciles para aplicar medidas de coerción son los de violencia de género, y dijo que aunque la Fiscalía del Distrito Nacional por instrucciones del Ministerio Público tiene por norma solicitar prisión preventiva, “el juez tiene que pensar muy bien en qué momento una decisión suya puede causar más mal que bien”.

Como ejemplo, hizo referencia a algunos de los casos a los que ha dado una salida armoniosa acogiéndose a lo establecido en el artículo 2 del Código Penal.
Por la televisión. Contó el de un hombre cuya esposa, con la que llevaba 23 años de casado y tenían tres hijos, lo denunció porque la había abofeteado.

En su defensa, el hombre narró que salía todos los días de su casa a las siete de la mañana y regresaba entre siete y ocho de la noche, y siempre encontraba a su esposa mirando novela o a sus hijos viendo películas en el único televisor que había en la casa, y que él quería ver el juego de pelota y no podía.

Dijo que un día llegó agobiado y la señora estaba viendo la novela por lo que se generó una discusión entre ambos, y a él se le zafó una pescozada y eso los llevó al tribunal.

El magistrado Vargas reveló que el fiscal pedía prisión preventiva para esposo, pero la señora dijo que ella fue a la fiscalía a poner la querella pero no para que a su esposo lo dejaran preso.

“Al momento de yo tomar mi decisión, Dios me iluminó. Llamé a dos hermanos del esposo que estaban ahí, y les dije: hay una alternativa: al señor se le pone una fianza, o ustedes van y compran un televisor y me lo traen; inmediatamente salieron corriendo y trajeron el televisor”.

Un final feliz. El protagonista de esa historia fue dejado en libertad con la obligación de asistir al Centro Conductual para Hombres. Al final el Ministerio Público logró un consenso entre las partes, y al esposo se le aplicó una suspensión condicional del procedimiento, informó Vargas.

Historias insólitas. El experimentado juez refirió otros casos de violencia de género en los que dijo, para tomar una decisión “hay que tener experiencia en el matrimonio y saber todas las situaciones que se dan en la vida en pareja”.

Por chatear. Uno de ellos fue el de la mujer que se querelló contra su pareja porque lo encontró “chateando” en la computadora. Durante la audiencia ella declaró que no quería que lo metieran preso sino que él dijera el nombre de la persona con la que estaba conectado en la red.

Por un pedazo de bofe. El otro caso de violencia de género citado por el juez fue el de una mujer que fue agredida por su pareja porque éste llegó a la casa, la encontró comiendo bofe, le pidió, y en respuesta ella le dijo que si quería comer bofe que fuera a comprarlo con el dinero que él se gastaba en la calle.

“Por eso creo que el juez en materia penal tiene que ver más allá de ese objetivo de querer judicializar y castigarlo todo; sino que además de aplicar la norma, también tiene que entender cual es la realidad social en que se mueve, porque nosotros tampoco vamos aquí, por cualquier tontería, a desbaratar un matrimonio, una familia, y esa ponderación nace de la experiencia”, puntualizó diciendo el magistrado Vargas.

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