Juez dicta tres meses de
prisión para pelotero

Juez dicta tres meses de<BR> prisión para pelotero

Nagua. María Trinidad Sánchez. El juez de Atención Permanente del Juzgado de Instrucción, Freddy Antonio Frías, dictó ayer tres meses de prisión preventiva como medida de coerción  a  Ambiorix Burgos Marte, ex lanzador de Grandes Ligas, por raptar e intentar envenenar a su ex esposa, Dilenia Reynoso.

El pelotero está acusado de violar la Ley 503 sobre secuestro y los artículos 295 y  297 por homicidio premeditado, y  305, 306, 307 sobre amenaza del Código Penal.

Burgos Marte,    quien ha sido sometido a la justicia por agresiones a otras personas, sacó a Reyes de la vivienda de la fiscal de Nagua, Agustina Castillo, la noche del pasado jueves, y  la obligó a tomar el raticida “Tres Pasitos”, según sus declaraciones.

La víctima, que también presenta hematomas en la cara y la espalda,    estuvo ingresada en el Centro Médico Integral de Santo Domingo,  luego que agentes policiales apresaran a Burgos en el kilómetro 1 de la carretera Samaná-Santo Domingo.

El doctor Jovino Polanco, abogado del imputado, calificó la medida de coerción como influenciada, porque no existen elementos probatorios que  comprometan la responsabilidad de su defendido, ya que Reynoso se fue voluntariamente con Burgos y éste tampoco intentó envenenarla como se ha dicho.

Viejas agresiones. Una fuente ligada a la familia de Reynoso dijo que en la Fiscalía de Nagua reposan dos querellas anteriores en contra de Burgos Marte, por agresión contra su ex esposa, aunque ella posteriormente las dejó sin efecto.

 La información fue confirmada por la magistrada Castillo, donde estuvo escondida Reynoso por un lapso de tres meses.

Antecedentes. En 2009 el  ex lanzador de los Mets de Nueva York  fue sometido a la justicia en Estados Unidos por agredir a su novia, posteriormente fue deportado hacia el país.

En  septiembre de 2008  atropelló a Angely Faña, de 29 años y Josefina Minaya,   38, quienes murieron en el acto. Se dijo que Burgos cometió el hecho porque una de las víctimas no le correspondía sentimentalmente. 

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