BAGDAD (AFP).- El proceso de Saddam Hussein, acusado de genocidio contra la población kurda, se reanudó ayer en el Alto Tribunal Penal iraquí bajo la presidencia de un nuevo juez, quien ordenó al ex presidente iraquí abandonar la sala durante una audiencia agitada de la que también se retiraron los abogados de la defensa.

Mientras tanto, los actos violentos continuaron y dejaron un saldo de al menos 24 muertos en Irak.

Mohammad al Oreibi al Majid al Jalifa, un chiita que había sido adjunto del presidente del tribunal, Abdalá al Amery, presidió los debates luego de la revocación el martes de su predecesor por el gobierno.

   Abdalá al Amery, quien había ocupado funciones de juez durante el régimen de Hussein, provocó una ola de protestas y fue acusado de parcialidad luego de haber negado que Saddam Hussein hubiera sido un dictador, durante la audiencia del jueves pasado.

   El ex dictador se dirigió al nuevo juez diciendo: “Su padre era un guardia de seguridad”. El juez reaccionó en el acto ordenando: “¡Saddam, fuera de la sala del tribunal!” El ex dictador fue entonces escoltado fuera de la sala por guardias.

   Los abogados de la defensa habían poco antes protestado contra la revocación de Abdalá al Amery y anunciaron su retiro de la audiencia.

   Antes de abandonar la sala, Wadud Fauzi leyó un comunicado en nombre del equipo de defensa. “No queremos que el gobierno interfiera en este proceso y no volveremos a la sala hasta que esas condiciones sean garantizadas”, dijo.

   Seis abogados fueron entonces nombrados de oficio, mientras que dos coacusados de Saddam Hussein pidieron dejar la sala luego que él hubo partido. Pero el juez les ordenó quedarse.

   Saddam Hussein y seis de sus colaboradores están siendo juzgados por las campañas militares de Al Anfal contra los kurdos, que se estima que causaron más de 180.000 muertos en 1987-88. Podrían ser condenados a la pena de muerte.

   Durante la décima audiencia del miércoles, cinco víctimas kurdas rindieron testimonio de las atrocidades de los ataques químicos y las represiones durante las campañas de Al Anfal.

   Esmat Abdel Kader, una anciana, afirmó seguir sufriendo los efectos del gas. “Aún tengo marcas en las manos, he sido operada de los ojos y respiro con dificultad”, dijo la mujer.

   Otro campesino, Ahmed Kader, describió el ataque químico de su pueblo. Afirmó haber evacuado los cuerpos de las víctimas a bordo de un tractor luego del ataque, junto con su hermano: “12 aquí, 20 allá, 5 más en otro lado”, dijo.

   Ahmed Mohammed Faris contó cómo fue llevado a la fuerza de su pueblo y detenido en la prisión Nugrat al Salman, cerca de Samawa, en el sur. “Un día, vi los perros devorar algo: era la cabeza de una mujer” cuyo cuerpo estaba enterrado cerca del muro que rodea la prisión, dijo el viejo.

   La próxima audiencia del proceso fue fijada para el 25 de septiembre.

   Mientras tanto, 24 personas murieron en diversos ataques en Irak, entre ellos dos atentados suicidas en los suburbios de Bagdad. La violencia ha causado desde el lunes más de cien muertos en todo el país.

   El portavoz de la fuerza multinacional informó que se espera que la violencia se recrudezca durante el mes de ayuno musulmán del Ramadán que comienza esta semana.

   Según un reporte publicado el miércoles por la ONU, al menos 6.599 civiles han muerto en Irak en julio y agosto.

EU pierde 4

Bagdad (EFE).- Cuatro soldados estadounidenses han muerto en accidentes y ataques ocurridos en las últimas veinticuatro horas en diferentes zonas de la capital iraquí, informó ayer el mando militar norteamericano.

Uno de ellos falleció tras ser alcanzado esta mañana por los disparos de un grupo armado en un barrio del este de Bagdad, precisa un breve comunicado, que no proporcionó más detalles del ataque.

Cuatro horas antes, el Ejército estadounidense informó a través de una nota que dos de sus militares perdieron la vida en operaciones que no eran de combate, también en Bagdad.

   Mientras que otro uniformado norteamericano murió la noche del martes pasado por la explosión de una bomba junto al vehículo en el que viajaba en el noroeste de la capital.

   El número de soldados estadounidenses fallecidos en Irak desde el comienzo de la ocupación en marzo de 2003, supera los 2670 soldados.