BUENOS AIRES (AFP).- El juez argentino Jorge Urso pidió el martes la captura internacional con fines de extradición del ex presidente Carlos Menem (1989-99), quien reside en Chile, por «haberse negado a comparecer ante los tribunales» en una causa por presunta corrupción, informó a la AFP una fuente judicial.

Urso pidió la captura de Menem, de 73 años, a través de Interpol y ahora un juez chileno deberá intervenir en el pedido de su colega argentino.

El magistrado argentino formuló el reclamo de arresto invocando un convenio internacional de 1891 y otro específico de 1933.

El ex jefe de Estado está acusado de «administración fraudulenta de fondos públicos» por el presunto pago de precios superiores a los de mercado en la construcción de dos cárceles en las ciudades bonaerenses de Marcos Paz (20 km al noroeste) y Ezeiza (30 km al sur).

«Se pidió a Chile el arresto preventivo con fines de extradición por no comparecencia del imputado en cuatro oportunidades», dijo la fuente.

Urso rechazó previamente una recusación presentada el martes por la defensa del ex mandatario para que se apartara de la causa.

El delito de administración fraudulenta que se le imputa a Menem tiene una pena que va de los dos a los seis años de prisión.

Este mismo juez fue quien lo detuvo en 2001 durante 167 días por tráfico de armas a Croacia y Ecuador, entre 1991 y 1995.

Urso había citado sucesivamente al ex presidente a interrogatorios el 27 de febrero, el 25 de marzo, el 13 de abril y este martes, pero los abogados los eludieron con distintos argumentos procesales.

Antes de librar la orden de captura, el magistrado rechazó la recusación y la postergación de indagatoria que había planteado este martes el abogado defensor Luis Paglietti por supuesta «falta de imparcialidad» y «enemistad manifiesta» hacia Menem.

Menem, quien reside en Santiago junto su esposa chilena, la ex Miss Universo Cecilia Bolocco y el pequeño hijo de ambos, Máximo, había reiterado el domingo que no regresaría Argentina porque teme «pasar la vida en la cárcel».

«Lo que pasa es que no quiero correr el riesgo de una caprichosa sentencia de un juez. Ya he estado tres veces preso. Si sigo así, me voy a pasar la vida en la cárcel», admitió el domingo a la prensa chilena al desechar la posibilidad de viajar a Buenos Aires.

Pero el ex mandatario argentino tiene en marcha además un proceso judicial por presunta tenencia de cuentas bancarias en Suiza que no incluyó en su declaración patrimonial, mientras la justicia en lo penal económico lo investiga por el contrabando de armas a Ecuador y Croacia.

El gobierno argentino, a través de la Dirección General de Aduanas, pidió en marzo a la Cámara en lo Penal Económico que revise el sobreseimiento con el que Menem fue favorecido por el juez del fuero, Julio Speroni.

Menem estuvo bajo arresto domiciliario durante casi seis meses hace tres años, pero fue liberado por un polémico fallo de la desprestigiada Corte Suprema de Justicia.

El ex jefe de Estado está en la soledad política, acompañado apenas de unos pocos fieles y familiares, que sacan la cara en Argentina por quien gobernó al país durante una década con un modelo neoliberal a ultranza.

Mimado por los organismos financieros internacionales durante un decenio, su estrella se fue apagando al compás del avance en la consideración popular del presidente Néstor Kirchner, que encarna la corriente progresista del peronismo en el poder, contra la minoritaria neoliberal y de centro derecha de Menem.

El ex mandatario no se presentó en mayo pasado a la segunda vuelta electoral contra Kirchner ante la severa derrota que le auguraban las encuestas.