Resuelve más una pulgada de juez, que un kilómetro de código, porque sin la probidad y capacidad de sus servidores, la justicia es un cuerpo sin alma, expresó anoche el magistrado Francisco Ortega, en la presentación de la segunda edición del libro Código Procesal Penal, por un juez en ejercicio, de su autoría.
El ex presidente de la Supresa Corte de Justicia , doctor Manuel Bergés Chupani, presentó la obra. Entre las personalidades que acudieron al acto, que se llevó a cabo en el auditorio de la SCJ, figuran don José Luis Corripio Estrada, Manuel y José Alfredo Corripio Alonso; Enmanuel Esquea Guerrero, Chana Polanco, madre del autor; Hugo Alvárez Valencia y Francisco Domínguez Brito.
El Código Procesal Penal del 2002, basado en principios garantistas de lo derechos de los imputados, como todo en la vida, tiene sus aciertos y desventajas, es tratado en esta importante obra de Francisco Ortega Polanco, con la experiencia de sus primeros siete años de aplicación, para que haciendo uso de sus bondades y tropiezos, sea comprendido como realidad existente, veamos claramente, como el Código garantiza la investigación, el juicio y una ejecución de la pena respetuosa de los derechos humanos, dijo Bergés Chupani.
Ortega Polanco, juez de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, expresó que es interesante el tema de la reforma, depende de la motivación: mi libro es mi apoyo, sin mayor pretensión que su utilidad.
La reforma constitucional del año 2010, dijo, lo motivó a editar una segunda edición de la obra, que orienta a la población sobre el nuevo Código Procesal Penal.
Consideró que cuanto pueda hacerse por mejorar el sistema de justicia está supeditado a la calidad humana y profesional de jueces y miembros de la policía judicial, pues las instituciones no hacen a las personas, sino que las personas hacen las instituciones.
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Los infractores
Para Ortega Polanco, la sujeción de los infractores a los procesos es quizás el punto más controversial del CPP, pero en realidad su cumplimiento depende más de los jueces y de los fiscales, que de la redacción del código.