La jueza presidenta de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia, Mirian Germán Brito consideró que se debe buscar un equilibrio en la composición del Consejo Nacional de la Magistratura, pues evidentemente, es inevitable que el aspecto político influya en el mismo. Entiende que lo que se debe evitar es el control político de un solo partido.

Durante su intervención en el Foro sobre Independencia Judicial, organizado por la sociedad civil, manifestó que diferente a lo que piensa la mayoría, no cree que la función de juez y político sea incompatible.

Esto, a propósito de que sectores han pedido que en la escogencia del nuevo consejo no impere el poder político, para una justicia independiente.

“Ser un juez no hace de uno una especie de apátrida, con relación a los problemas y las aspiraciones de la sociedad donde usted vive”, explicó Germán Brito.

La magistrada defiende la libertad ideológica del juez. Lo que entiende, es que estos no pueden establecer dos categorías de ciudadanos a la hora de juzgarlos, diferenciando entre los que piensan igual que ellos o los que son de su partido.

Sostiene se puede mantener la independencia ideológica, pero por lo delicada de la función de los jueces, estos deben hacer su trabajo con tacto, para no generar desconfianza de la ciudadanía.

Explicó que lo que más le preocupa en cuanto a la independencia y la administración de justicia, es cómo se ven los jueces a ellos mismos. Su aspiración es que se vean como lo que son: servidores públicos con un compromiso con la sociedad y frente a su conciencia.

Aseguró que si un juez no entiende cual es su papel, va a decidir por miedo a lo que digan y en ese caso, no habrá una verdadera justicia.

Indicó que la peor parcialidad no es donde se evidencia una relación del juez con una de las partes del proceso, sino la que tiene que ver con los prejuicios que estos pudieran tener.

Cree que un aporte importante del conglomerado social es, no permanecer indiferente a los procesos de selección de los jueces.