POR DIONISIO SOLDEVILA
CAROLINA, Puerto Rico.- La Serie del Caribe que inició ayer en el estadio Roberto Clemente arrancó con el pie izquierdo… y de mala manera. Los peloteros dominicanos expresaron su queja enérgica por lo que consideraron un maltrato de parte de los organizadores boricuas.

Los jugadores criollos tenían que ocupar el clubhouse de los locales para su partido contra Venezuela, pero inicialmente se les prohibió vestirse en el mismo y fueron dejados en un pasillo por órdenes de Benny Agosto, jefe de organización el evento.

“Eso no es un clubhouse para un equipo dominicano. Eso es un pasillo para que los peloteros se vistan. Eso es inaceptable y más cuando se toma en consideración el trato que les damos a ellos (los boricuas) cuando ellos van a Santo Domingo”, dijo el capitán de las Aguilas, Alberto Castillo.

De acuerdo a Agosto y otros colaboradores, se había llegado a un acuerdo de que la utilería y equipos de los puertorriqueños no serían movidos por lo que se puso en la despreciable situación al equipo dominicano.

“Esto está fuera de liga. No creo que es el mejor trato que se le puede dar a los dominicanos, pero eso no es nada. Vinimos a jugar duro y allá fuera es que se sabe. El año que viene le toca la Serie a Dominicana, ya veremos lo que ellos hacen con eso”, dijo el designado Luis Polonia.

Agosto se mostró arrogante al ser cuestionado por la prensa sobre el por qué de la decisión de “ultrajar” a los peloteros dominicanos y pidió a que el presidente de la Federación Nacional de Peloteros Profesionales Mario Soto “se queje si tiene algún problema”.

Luego de conversar con Soto, el boricua revirtió su postura y se aseguró que los dominicanos no tendrían inconvenientes en el futuro.

UNA GRAN DESORGANIZACION

Desde el principio de la jornada, los directivos boricuas mostraron un alto grado de desorganización en la Serie del Caribe.

Desde las acreditaciones que no aparecían y no contaban con un personal adecuado que pudiera hacer el trabajo y hasta el deficiente servicio de Internet, el inicio de la Serie del Caribe en Carolina dejó mucho que desear.

No se comparó en nada a la Serie del Caribe del 2003 que se jugó en el mismo estadio y fue coordinada por el municipio.