El haber nacido en uno de los llamados barrios marginados del país me permitió a una temprana edad aprender a jugar uno de los más excitantes e importantes juegos del mundo de las apuestas, el póker. La importancia del mismo a diferencia de los demás juegos no radica solo en ganar o perder sino; en los elementos que le acompañan. Por ejemplo, con ese juego aprendes a conocer los movimientos de tus adversarios, anticipas su manera de pensar y desarrollas de manera empírica una maestría en neurolingüística. Además, manejas las alianzas, las argucias y tienes un contacto preclaro con las verdaderas ambiciones del ser humano.
La Política y el Póker.
En virtud de lo antes expuesto, desde que comencé a tener contacto con el mundo de la política vernácula interioricé y posteriormente externé la tesis de que, no hay forma de ser un gran jugador de la política y el poder sin saber jugar póker. Por eso, dice la famosa jugadora y escritora estadounidense Annie Duke que “el juego de póker no consiste en ganar dinero sino; en tomar buenas decisiones y, si tomas las decisiones correctas entonces ganarás dinero”. Si extrapolamos ese mismo concepto a la política concluiríamos diciendo que, la clave no está en llegar directamente al poder sino, en tomar las decisiones que terminen ayudándote a conseguirlo.
Desde esa perspectiva, manejar los hilos del poder no significa que necesariamente tiene que estar la efigie de quien lo posee, hay miles de ejemplos que ponen en evidencia esa premisa. Verbigracia, Joseph Fouché, Anastasia Lisowska conocida como Hürrem, el propio Trujillo en Santo Domingo en el ocaso de su carrera y, según el famoso periodista de investigación Bob Woodward ahora en EE.UU. “quienes dirigen son Ivanka Trump y su esposo Jared Kushner”. Por tal razón, aquellos que buscan tener todo el poder tienen que estar dispuestos a jugarlo todo como se hace en el póker, pues detrás de un hombre poderoso de suerte hay muy poco.
El PLD y el Congreso una Mesa de Juegos.
A raíz del anuncio al país por parte del mismo presidente de que no intentaría o; mejor dicho, de que cesarían sus intenciones de buscar otro período, se articuló una mesa de póker en la que ya existían algunos jugadores y se agregaron otros. Con la particularidad, de que el presidente dejó de ser un jugador activo en teoría para convertirse en quien controla la mesa del juego. En efecto, como sucede en el póker cuando hay alguien a quien dentro del argot popular se le tiene tirria o se considera un foráneo; varios jugadores hacen una alianza estratégica para ganarle al susodicho. Con la salvedad, de que en el póker las estratagemas son más determinantes que las mismas condiciones de los jugadores.
En tal sentido, las dos jugadas de volver a escoger por un año más a los actuales presidentes de las cámaras en el congreso es mucho más que una simple ratificación. El 1er paso, era dejar establecido que aun después de su anuncio de no buscar la reelección él es quien sigue poniendo la música que hay que bailar. 2do, asegura los préstamos y los proyectos para terminar su gestión a todo vapor. 3ro, debilita a Fernández económica y políticamente evitando que dos de sus acólitos llegaran a dirigir las cámaras en el mismo momento en que Leonel busca desesperado volver al poder. El problema de ese movimiento fue, que el PRM terminó haciendo una mejor jugada que el propio PLD.
El G7 del Danilismo.
Hace casi dos años que venía advirtiendo en diferentes escritos y exposiciones que Fernández había confundido la táctica con la estrategia; toda vez que, en una mesa de póker cuando alguien se cree invencible todos los demás jugadores se unifican contra él. Sin embargo, para ser objetivo hay que decir que esos jugadores también cometieron un grave error; al parecer, motivados por la confianza que genera jugar con el dueño de la casa a su favor. Empero, se puede ser el mejor jugador del mundo y jugar frente al peor de los oponentes y, si se juega con las cartas tiradas en la mesa hasta un neófito del póker podría terminar ganando.
En ese sentido, con el liderazgo que tiene Leonel en un escenario de encuestas para elegir a su oponente; este podría influir para ver si puede salir favorecido quien a él más le convenga. De igual forma, en el grupo de los 7 se está cometiendo otro gran error; que es, pensar solo en simpatía para elegirle un contrincante a Fernández. Con el agravante, que dentro de ese grupo hay inclusive aspirantes que casi redoblan la tasa de rechazo de Leonel. A ningún ex presidente se le puede ganar solo con simpatías. Y, tampoco olviden ningunos de los dos grupos que el gran historiador romano Cornelio Tácito dijo, que “para quienes ambicionan el poder no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio”.