Dos testigos más del Ministerio Público ofrecieron su testimonio al Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional en el juicio que se le sigue a Gabriel Villanueva, acusado de matar a su pareja de origen rumano Andreea Celea, con lo cual el proceso judicial avanza con paso firme en esta etapa.

La audiencia de ayer empezó con el testigo Juan Liriano Javier, quien lleva 12 años trabajando como conserje en el residencial donde residía Villanueva y sostiene que vio dos episodios de violencia que involucraban al acusado.

Liriano declaró que presenció cuando Damiana Morel, la administradora del edificio por aquel entonces, llamó a la Policía porque Villanueva había roto de una patada una ventana de su propia casa, pero éste se negó a abrirles la puerta a las autoridades.

También testimonió que en una ocasión Villanueva le dio un “manotazo” a Celea cuando se desmontaban de un vehículo.

Durante su contrainterrogatorio, la defensa de Villanueva alegó que su testimonio debía ser rechazado por supuestamente haber cambiado su relato con respecto a las declaraciones que este dio en el juicio que fue anulado a principios del año pasado por la paralización parcial de la justicia debido a la pandemia de covid-19.
Pruebas cuestionadas. En la tarde, la barra de fiscales desistió de dos testigos antes de presentar a Marisela Falcón, una sargento mayor de la Policía Nacional asignada al el Departamento de Homicidios cuando ocurrió la muerte de Celea.

La agente policial indicó que participó en un registro realizado a Chantal Ohnona, madre del acusado Villanueva.

La defensa solicitó al tribunal que no fuera presentada en la audiencia el acta de registro al haber sido realizada a una persona que no era perseguida por la justicia. Sin embargo, el tribunal rechazó el pedimento y el documento fue mostrado en la audiencia.
Tras otra solicitud que le plantearon estos togados, el tribunal excluyó del proceso el celular que la Policía le retuvo a Ohnona.
La agente policial seguirá hoy su testimonio.