Julia Child, la conocedora

Julia Child, la conocedora

POR OLGA SANTOS-ÁLVAREZ
Usualmente a todo amante del vino le interesa la gastronomía, por esta razón este escrito lo dedico a Julia Child por ser la persona que introdujo la cocina francesa a las Américas y por sus conocimientos sobre el vino. Julia Child hubiera cumplido 92 años el 15 de agosto si no hubiera fallecido dos días antes; ya hacia tiempo que el Instituto Smithsonian en Washington tenia bajo techo su cocina entera con  ollas, batidoras y sus 800 cuchillos. Esta era una dama de humor que insistía en decir –aún en la era en que todo el mundo deseaba bajar el colesterol y calorías–  “si no puede usar crema use mantequilla.”

La señora Child vivió en Francia, casó en 1946 y entonces comenzó a aprender a cocinar cuando vivía en París; tomó clases en la famosa escuela Le Cordon Bleu. Pero curiosamente, su carrera y fama comenzó en Boston en 1963 durante la presentación de uno de sus libros de cocina. Dio una demostración y en la audiencia  se encontraba un director de televisión. Así comenzaron sus presentaciones en la pantalla chica norteamericana que le ganó, cinco años más tarde, la cobertura de la revista Time.

En total escribió 10 libros y es probablemente una de las pocas personas que comenzaron una carrera de televisión después de los 50 años.

Tenía un sentido del humor agudo, a todas  y todos los que trataban de ejecutar sus recetas cuando la miraban en la tele, les decía, “ It’s not brain surgery”  (No es cirugía del cerebro) ya que ella siempre lo hacia todo parecer tan fácil. Sabía que no es fácil cocinar sola y ante una faena difícil comentaba: “Escuchen, están solas en sus cocinas, si se cae el pavo recójalo y continúe”.

De su obra maestra “Mastering the Art of French Cooking”, recuerdo una receta de ocho páginas que se hace de un día a otro y  que lleva tres diferentes vinos…

“Mrs. Child” tenía experiencia, gusto y sabiduría. Era miembro de muchas cofradías de vino y asociaciones de gastronomía; entre sus apuntes para el capítulo “Cocinando con vino” citó lo siguiente:

“La comida, como la gente que la come, puede ser estimulada por el vino y los espirituosos. Y, como con la gente, puede dañarse. La calidad de un vino blanco, tinto, vermouth, Madeira o brandy, que aumenta el carácter del arte culinario, no está en el contenido de alcohol, que usualmente se evapora, sino en el sabor. Consecuentemente, cualquier vino o espirituoso utilizado debe de ser bueno. Si es excesivamente afrutado, agrio, o no apetitoso en cualquier manera, estos sabores serán acentuados al ser cocidos, acto que usualmente reduce el volumen y concentra el sabor. Si no tiene un buen vino para cocinar es mejor excluirlo ya que uno de poca calidad puede echar a perder un plato simple y completamente desnaturalizar uno noble.” ¡Santé!

Publicaciones Relacionadas