Julio César Castaños Espaillat

Julio César Castaños Espaillat

Mahatma Gandhi escribió el libro: “Experimentos con la Verdad”, una obra autobiográfica en la que el Libertador de la India nos introduce  en la meditación de temas como la religión, la política, la no violencia, el sufrimiento y la paz, entre otras.

Julio César Castaños Espaillat (1925-1987) no escribió propiamente hablando ningún libro; pero, vivió de una forma tan extraordinaria,  que sobre él y su ejemplo podrían escribirse muchos libros. Entre ellos uno que se intitulase: “Experimentos con el Honor”.

La anterior afirmación podría resultar extravagante si no se hiciese cuando menos una explicación del propósito que tiene.

 Honor es el cumplimiento cabal de todos nuestros deberes y obligaciones. La persona que es consecuente con su debido cumplimiento podría decirse que es honorable… puede ser llamado honorable. Es honorable quien cumple cabalmente con sus obligaciones.

Este acto no pasaría de ser una velada agradable y llena de emoción si no rescatamos para estos tiempos lo trascendente que podemos extraer hoy de la vida de este ciudadano ejemplar. Y lo que nos está indicando su ejemplo, a los 26 años de su fallecimiento.

Lo primero que está manifiesto es que papá demostró con su vida que es posible – que es posible hoy, para todos nosotros – ser  un buen esposo y un extraordinario padre… Que uno puede ser un buen hijo. Al mismo tiempo, no es imposible, que usted pueda comportarse como un  ciudadano cumplidor de todas sus obligaciones públicas y privadas. En el caso de él: Educador, político, abogado, jurista… un trabajador incansable por la verdad y la justicia.

Una de las grandes deformaciones de esta época que denominamos  posmodernidad  es que tiene a la verdad en la dinámica de ser  un proceso  en construcción permanente, nada es firme,  no se sabe qué es verdadero qué es falso, y por supuesto uno no encuentra en qué creer, desde esta perspectiva hay un paso al relativismo moral, a la falta de compromiso y al desorden.

Al gran  Juan Pablo II,  le preguntaron,   ¿qué debía entenderse por una persona íntegra? Y él llegó a decir que íntegra es aquella persona  capaz de cumplir con un principio ético aun cuando en ese momento  no le favorezca. Los que  conocimos al Dr. Castaños Espaillat, sabemos, que él era así. Completo en todos los aspectos,  a guisa de una  pieza única de mármol, sin fisuras,  de carácter severo. Amoroso,  auténtico… y acaso ello baste.

En segundo lugar,  es suficiente un vistazo a todo lo que se dice y se hace en el mundo de hoy, y en este país, para darse uno cuenta de que la sociedad dominicana, precisa urgentemente,  de una reconciliación de los propósitos. Un gran acuerdo sobre los objetivos nacionales y los valores que nos unifiquen como nación.

Para llegar a esto necesitamos, antes que todo,  que nuestra clase dirigente renuncie a la venganza. La venganza, que siendo una caricatura de la justicia,  pretende por el odio y la envidia destruir a los adversarios a nombre de una falsa “justicia”.  Sin generosidad ni grandeza. Retumban en mis oídos las palabras  que me dijo, mi padre, poco antes de morir: “No heredes a mis adversarios”.

Y yo, asintiendo le agrego: “Ponte la corona de los valientes. Lanza una bomba atómica de perdón”.

Murió como vivió.  Reconciliado consigo mismo y con todas  aquellas personas con quienes tuvo ocasión de  relacionarse. Plenamente armonizado con su entorno, en paz con el medio ambiente. Siempre procurando la unidad de sus connacionales. Reconciliando los buenos propósitos a través del  diálogo entre los dominicanos.

En tercer lugar, y por último, su vida es un verdadero ejemplo, de que la fe en Dios Todopoderoso,  y teniendo  esa  fe por escudo y esgrimiendo el arma de la razón,  esta fe puede, repito,  hacer nacer en los seres humanos la voluntad de sobreponerse a todas las adversidades de este mundo, y conquistarse a sí mismo, por el esfuerzo sostenido en procura de alcanzar algún sueño, alguna meta.

No rendirse, perseverar, seguir creyendo en ti aun cuando los demás hayan dejado de hacerlo. Incorporarte todos los días. Impulsado por una fuerza interior inconmensurable que te lleva lejos, muy lejos. Que te conduce a lugares donde nunca sospechaste ir, cabalgando a lomo de la férrea  voluntad que te dice interiormente: Sigue.

Dios puede hacer que una nación se consolide en un solo día, y también, ¡claro que lo puede hacer!   Él puede propiciar que un muchacho provinciano, si así se lo propone, se haga universal por el contenido de su personalidad; y, puede hacer, finalmente,   que un jovencito que actúe sinceramente se convierta en un grande hombre, que un dominicano, que una dominicana,  con firme determinación se impongan a su época y en su tiempo, por el amor a la verdad, el culto a la justicia y al trabajo. Este es el regalo, que conlleva este reconocimiento que la Provincia Espaillat le hace a la vida de  nuestros antepasados.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas