Julio César Chávez se prepara para su último asalto

Julio César Chávez se prepara para su último asalto

ZINACANTEPEC, México (AP).- Julio César Chávez fue en la cúspide de su carrera el mejor boxeador del mundo. Un gladiador cuya mera presencia intimidaba a sus rivales y después los pulverizaba con su demoledora pegada.

Ayer, Chávez es un hombre de 41 años que se expresa con voz pausada, suele refunfuñar por el clima frío y se trasnocha pensando sobre la carrera de su hijo de 18 años, quien ha incursionado en el boxeo.

Chávez se medirá el sábado ante Frankie Randall en la Plaza México, un aforo para 45.000 personas, en un combate que ha sido promocionado como su despedida del boxeo.

«Adiós México … Gracias», rezan los carteles.

El «Emperador» Chávez ha venido hablando de colgar los guantes desde el 2000, y ya ha tenido varias peleas de «despedida». Pero ahora insiste que esta es la definitiva.

«No vuelvo más», declaró en Zinacantepec, una localidad en las montañas de Toluca, donde se entrenó para la pelea con Randall.

«Los fanáticos quería que peleara en Estados Unidos tras este combate. Querían una última pelea para los todos hispanos ahí, pero fui sincero y dije que ‘no»‘.

«Creo que 113 peleas son suficientes», agregó.

Chávez, con un foja de 105-5-2 y 85 nocauts, comenzó su carrera con una impresionante racha de 90 peleas sin perder, proclamándose campeón del CMB en tres divisiones diferentes.

Randall fue el hombre que envió a Chávez a la lona por primera vez, al ganarle por decisión en Las Vegas el 29 de enero de 1994. Chávez venció a Randall en el desquite cuatro meses después.

La pelea del adiós también ha sido bautizada como «La última revancha».

«Es la pelea de mi vida, y quería que fuera contra Randall», explicó Chávez.

Randall dice que su victoria sobre Chávez representó el momento cumbre de su carrera.

«Esa fue mi mejor pelea», declaró el estadounidense de 42 años, conocido como el «Cirujano».

Chávez amasó por lo menos 11 millones de dólares en bolsas durante su carrera profesional de 21 años. Pero sus gastos extravagantes, el divorcio de su esposa, y un mal manejo de sus cuentas lo dejaron en una situación económica difícil.

En junio de 1998, fue detenido en su ciudad natal de Culiacán por evasión de impuestos y tuvo que pagar más de 1 millón de dólares para saldar sus deudas con el fisco mexicano.

Sus penurias finacieras han sido el motivo principal por el que se ha mantenido activo, pese a los reiterados pedidos para que se retire. Pero Chávez dice que la pelea ante Randell no es por el dinero.

«Este fue un peleador, de quien casi todo el mundo, incluyendo otros boxeadores, considerado como el mejor, invencible», dijo José Sulaimán, el presidente del Concejo Mundial de Boxeo.

Sulaimán resaltó las 37 peleas por el cetro mundial que Chávez hizo. «Son muy pocos los boxeadores que llegan a las 37 peleas en sus vidas», indicó.

Chávez atrajo la mayor cantidad de público en la historia del boxeo, cuando 130.000 espectadores colmaron el estadio Azteca para verlo noquear en cinco asaltos el 20 de febrero de 1993.

Su hijo homónimo, quien peleará en una preliminar, se entrenó con él. Chávez dijo que el ser testigo del desarrollo de la carrera de su hijo le sirve de bálsamo en el final de sus días como boxeador.

«Es algo muy duro verlo a mis hijos pelear», declaró. «Tengo que apoyarlos, pero es duro».

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