Julio Franco no siente el paso de los años

Julio Franco no siente el paso de los años

KISSIMMEE, Florida, (AP).- Julio César Franco paseaba en su natal República Dominicana y disfrutaba la vida con su familia. Luego, sintió que extrañaba algo.

«Me aburrí»», dijo. «Así que me dije: Quizás debo jugar un poco de pelota durante el invierno»».

El quisqueyano, quien es el pelotero con mayor edad en las grandes ligas, lo hizo. Ahora está de vuelta con los Bravos de Atlanta, sin reducir un ápice su nivel de juego, a los 46 años.

El retiro no pasa siquiera por la mente de Franco, quien quiere jugar hasta los 50 años. Nada en su desempeño durante la temporada anterior sugeriría que el dominicano debe colgar el tolete y dedicarse a descansar.

Franco bateó para .309 con seis vuelacercas y 57 carreras impulsadas. Compartió la primera base con un joven que podría ser su hijo, Adam LaRoche, de 25 años.

«Debemos fijarnos metas que podamos alcanzar»», dijo Franco, tras el entrenamiento del lunes. «Creo que esa (la de jugar a los 50 años) es alcanzable»».

Claro, una meta lleva a otra, y si Franco llega a los 50 enfundado en una franela de beisbolista, podría pensar incluso en seguir.

«Veremos»», dijo, con un brillo en los ojos. «Uno nunca sabe qué ocurrirá»».

El entrenador de bateo Terry Pendleton, quien es dos años más joven que Franco pero se retiró después de la temporada de 1998, dijo que el secreto de la longevidad beisbolística del quisqueyano es simple: Coordinación entre el ojo y el movimiento de los brazos.

«Lo hace mejor que muchos peloteros de 20 años»», dijo Pendleton. «Si Julio decae será por su vista, no por su fortaleza física»».

El acondicionamiento físico de Franco ha sido motivo de leyendas. Su figura esbelta y su abdomen sólido se combinan con una espalda amplia y unos grandes bíceps.

Algunos escépticos _como el ex pelotero Andy Van Slyke_ han preguntado si es posible mantener semejante físico a esa edad por medios naturales.

Franco se ríe de esas dudas, y dice que no necesita drogas. Nadie duda que su dedicación al deporte es absoluta. «Es sorprendente»», dijo Pendleton. «El único jugador que según recuerdo podía hacer eso era Willie McGee, incluso al final de su carrera tenía una gran coordinación entre el ojo y los brazos, y pesaba casi lo mismo que cuando comenzó»». Pero McGee se retiró a los 40, tras una carrera de 18 años. Franco parece eterno.

PADILLA SUFRE LESIÓN

CLEARWATER (Florida).- El abridor estelar nicarag~ense de los Filis de Filadelfia, Vicente Padilla, fue puesto hoy, lunes, en la lista de lesionados al sufrir una tendinitis en el tríceps de su brazo derecho.

Padilla, que fue examinado el domingo por lo doctores del equipo luego de sentir dolor en su brazo de lanzar, presenta la misma lesión que sostuvo en la pasada temporada de las Grandes Ligas y que le hizo perderse hasta dos meses de competición.

«Aunque todavía es muy pronto para saber cuanto tiempo Padilla tendrá que estar en la lista de lesionados, estamos tranquilos porque ya sabemos lo que tiene y lo que necesita hacer para recuperarse», comentó Ed Wade, gerente general de los Filis, «Lo mejor de todo es que Vicente nos informó a tiempo y no presenta ninguna lesión de gravedad».

Padilla, que jugó en la liga invernal de su país, aunque de manera limitada, había llegado a los entrenamientos primaverales de los Filis como uno de los firmes candidatos para hacerse con un puesto en la rotación de abridores del

GALARRAGA LUCHA POR QUEDARSE EN GL

EL UNIVERSAL.- En el Tradition Field de Port St. Lucie se puede observar a Andrés Galarraga entrenando con el entusiasmo y pasión de un novato, aunque sólo los conocedores de la disciplina reparan en el fornido pelotero de la cabellera gris.

Este es el vigésimo spring training para el inicialista caraqueño, que en esta ocasión busca ganarse un puesto con los Mets de Nueva York, equipo que le invitó.

«Nunca es fácil y mientras te haces más viejo es más duro. Yo sólo trato de mantener mi cuerpo en forma durante todo el año», le comentó a Dan Wetzel.

Pero Galarraga no se rinde y tiene toda la intención de alcanzar los 400 cuadrangulares de por vida, en medio de una increíble historia de lucha contra el cáncer que apasiona a grandes y chicos en el campo de los Mets.

«Puedo considerarme como un hombre con suerte. Yo tuve la oportunidad de mantenerme con vida, gracias a Dios. Yo rezo y pude mantenerme jugando», dijo el Gran Gato, que en la pasada temporada terminó a todo tren con los Angelinos de Anaheim.

Un año atrás Andrés Galarraga estaba luchando contra un linfoma hodgkins, siendo sometido a quimioterapia. Es por ello que esta primavera es una de las mejores de su vida.

«Me gusta este equipo», dijo el veterano que se encuentra con su séptimo club y que ha participado en cinco Juegos de Estrellas. «Nosotros tenemos ofensiva, defensa y velocidad. Tenemos un poco de todo lo que se necesita para ganar».

En Port St. Lucie se asegura que el manager Willie Randolph le dará la oportunidad a Galarraga, sobre todo en rol de bateador emergente. Asimismo, el gerente general de los Mets, Omar Minaya, quien tuvo a Andrés en los Expos en 2002, dijo que le dará el chance. A Minaya le gusta la forma de jugar del venezolano y eso podría abrirle las puertas.

EL INDIO» SIERRA NO PIENSA EN RETIRO

TAMPA.- El boricua Rubén «El Indio» Sierra espera poder jugar al menos cinco años más en las Grandes Ligas antes de dedicarse a tiempo completo al desarrollo de su hijo como pelotero.

Sierra se apresta a comenzar su temporada 19 en las Grandes Ligas y su cuarta campaña en uniforme de los Yanquis de Nueva York, con los que vio acción el año pasado en 107 partidos.

«No tengo ahora en mente retirarme», expresó Sierra. «De la manera que me siento, puedo jugar cinco o seis años más… es que me siento muy bien».

«Lo más que espero de este año es mantenerme saludable y que pueda jugar más que lo que jugué el año pasado», añadió el toletero puertorriqueño, previo a una sesión de entrenamiento en el Legends Field de esta ciudad.

Hace unos años, Sierra revivió su carrera en las Grandes Ligas, abriéndose camino nuevamente desde las Ligas Menores y ligas independientes.

Ahora se ha establecido como un recurso valioso saliendo del banco. Se ha ganado tanto la confianza del dirigente Joe Torre que fue el jugador elegido para dirigir el último partido de la temporada pasada. Pero todavía Sierra no se ve en otra faceta que no sea de jugador.

«Después de eso, ya veremos», sostuvo Sierra. «Mi hijo viene creciendo y quiero dedicarme a que aprenda a jugar y se ponga »ready» por si quiere seguir mis pasos. Y compartir con la familia un poco».

Señaló que su hijo va a cumplir 14 años, ya mide seis pies de estatura y manifiesta interés por el béisbol. El regreso de Sierra a las Grandes Ligas tuvo mucho que ver con la motivación que obtuvo de su hijo.

«Para que regresara, me inspiró mucho porque no me veía jugar en la televisión como antes y eso me dolía, sabiendo que podía y no me daban la oportunidad», afirmó.

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