WASHINGTON,  (AFP) – Los ataques contra soldados estadounidenses en Irak, con explosivos supuestamente provistos por Irán, alcanzaron su punto máximo en julio, dijo el vicecomandante del contingente norteamericano en Irak, general Raymond Odierno, en entrevista con el New York Times ayer.

 «Julio representó un récord», dijo el general Odierno al diario. Los explosivos llamados ‘EFP’ (Explosive Formed Penetrator), muy eficaces para penetrar blindajes, fueron utilizados en 99 ataques el mes pasado, y representaron un tercio de los soldados estadounidenses fallecidos en el combate, según el ejército norteamericano.

 Los servicios de inteligencia estadounidenses dicen tener pruebas de que estos explosivos provienen de Irán, a pesar de que Teherán niega estas acusaciones.

 El total de ataques con EFP en julio fue más o menos el doble que en enero, y 50% superior a abril (65 ataques), según las estadísticas del ejército estadounidense. De las 69 muertes de soldados norteamericanos en julio, 23 fueron a causa de estos explosivos.  Aunque los EFP no representan más que una pequeña parte de los ataques con explosivos en Irak, son la causa de un gran número de muertos y heridos.

 Este tipo de explosivos se usa casi exclusivamente por milicias chiitas, lo que muestra que éstas siguen activas, según el New York Times.

Tropas deben retirarse de irak
Estados Unidos tendrá que retirarse de Irak si la violencia contra los civiles no disminuye sustancialmente, advirtió el miércoles un estudio financiado por las fuerzas armadas norteamericanas.

 «No somos optimistas sobre un éxito a corto plazo», estipulan en el estudio los expertos del centro de investigación.

 «Si el número de iraquíes que fallecen de forma violenta no disminuye drásticamente de aquí a finales del verano  del 2007, la presión política en Estados Unidos para retirar las tropas podría convertirse en imposible de contener», añaden.