BAGDAD. AP. Nuevas cifras del gobierno en Irak muestran que julio fue el mes más mortífero en dos años, debido sobre todo a una renacida insurgencia y una frágil situación de seguridad agravada por el estancamiento en las gestiones para formar un nuevo gobierno. Cifras dadas a conocer el sábado por la noche muestran que 535 personas murieron el mes pasado, la mayor cantidad desde mayo del 2008, cuando la cifra de bajas fue de 563.
Los números resaltan las preocupaciones sobre la precaria situación de seguridad en Irak en momentos en que Estados Unidos está reduciendo sus efectivos. Irak está sumido en el estancamiento político desde que los comicios parlamentarios en marzo no arrojaron un claro vencedor. Los insurgentes están aprovechando el impasse, aumentando sus ataques para desestabilizar el país.
El saldo mensual compilado por los ministerios de Salud, Defensa e Interior muestra además que 1,043 personas fueron heridas. De los muertos, 396 fueron identificados como civiles, 89 como policías y 50 como soldados. Ataques con bombas y morteros contra chiítas en dos peregrinaciones religiosas el mes pasado, un atentado con explosivos contra milicianos suníes anti al-Qaida al sur de Bagdad y otro en una mezquita chiíta al norte de la capital mataron al menos a 160 personas. Bombas, asesinatos y tiroteos son acontecimientos casi diarios en Irak, especialmente en la capital.