Julio Ortega dice llegó la hora de la deflación en la economía

Julio Ortega dice llegó la hora de la deflación en la economía

POR CLAUDIO CABRERA
Si alguien quiere preguntar dónde estuvo gran parte de la raíz de la crisis que hizo desplomar la economía desde el 2003, encontrará la respuesta en gran medida en la crisis bancaria que tuvo lugar a partir de ese año. Pero si se quiere comprender el por qué la crisis hizo tanto daño, la respuesta al acertijo hay que buscarla en la altísima emisión monetaria en que incurrió el Banco Central entre enero y agosto del año 2004.

De modo, que fácilmente se puede entender que las autoridades monetarias anteriores que encabezó en el Banco Central el ex gobernador José Lois Malkún con un “equipo” integrado por un grupo de funcionarios que excluyó escuchar los consejos de técnicos de la institución, al prevenirles sobre las consecuencias de abrir el grifo a la emisión monetaria.

Entre otras conclusiones, estos son partes de los hallazgos que hurgando en la historia reciente del detonante de la crisis económica, matizada como una crisis bancaria y monetaria, hundió la economía del país y sacó del poder al partido que por cuatro años mantuvo el control de la nación.

De acuerdo con el doctor Julio Ortega Tous, presidente del Consejo de Asesores Económicos del Poder Ejecutivo, quien sostuvo que es en el alto nivel de emisión monetaria efectuado por el Banco Central para satisfacer a los más grandes depositantes de los bancos con problemas, donde estuvo el trasfondo y la gran resonancia de la crisis.

De hecho, por las altas emisiones en que incurrió el Banco Central entre mediados y fines del 2003 y en los primeros meses del 2004, la economía sufrió una contracción de tal magnitud que entre otros aspectos, contrajo el consumo a nivel nacional, según ha podido registrar la institución monetaria.

MANOS A LA OBRA

La situación que encontraron las autoridades desde el 16 de agosto a esta parte, obligó, entre otras cuestiones, a efectuar una reforma fiscal en medio de un proceso de transición para poder permitir al fisco recuperar ingresos y hacer frente a los compromisos que ahora se han incrementado, tras la crisis que ha vivido el país.

Explica que estudiar profundamente las causas y consecuencias de esta crisis que arrastró al país a los acuerdos a los que se arriba con los organismos internacionales, ha sido uno de los principales propósitos del Consejo de Asesores Económicos del Poder Ejecutivo, organismo que preside, integrado por economistas profesionales, con dedicación exclusiva y no vinculados a intereses y sectores económicos particulares.

 Ortega Tous intercambió impresiones con varios periodistas del área económica, en un encuentro en los que presentó a los economistas Ramón S. Tarragó y Peter A. Prazmowski del Consejo de Asesores Económicos.

Tras haber iniciado sus labores y haberse reunido, por lo menos una vez, con el Presidente de la República, los estudios resultantes de la situación les permiten “obtener la retroalimentación de los sectores empresarios para, a la vez, actuar en el día a día en las actividades que realiza el Gabinete Económico del gobierno”.

Las gestiones de estudio y sobre la actual situación económica del país comenzaron desde antes del 16 de agosto. Muestra de ello fue que las elecciones nacionales se realizaron el 16 de mayo del 2004 y el 20 de mayo ya se encontraba en Washington, D.C. con Rafael Camilo y Daniel Toribio, hablando con el FMI, el Banco Mundial y con el BID.

Relata que había el convencimiento de que la rehabilitación, el crecimiento y la sanidad de la economía dominicana, tenía que pasar necesariamente por un período de reajuste que pusiera la casa en orden y que el proceso que se vivió de retroceso económico debía superarse.

 “Por tanto, el rescate de la confianza ha sido para nosotros un objetivo central para poder crear el clima necesario para superar la crisis”.

“Para eso- explica el economista Ortega Tous –  hemos hecho una reforma fiscal en medio de un proceso de transición, antes de tener un acuerdo con el FMI, de aproximadamente un impacto del 2.8% del Producto Bruto Interno de ingresos, lo cual es mucho”.

Igualmente dijo que dentro de los esfuerzos de recuperación de la economía, se ha reducido el déficit del sector público no financiero desde un 3.9% en que terminó en el 2004, para colocarlo proyectado a este año 2005 en 0.7%. “Eso quiere decir que es una reducción de un 3.2% del PIB, lo cual es enorme”.

Resaltó que los indicadores muestran que la crisis que agobió al país y que aún tiene su secuela, fue tal, según exponen los resultados en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que pasó a finales del 2002 de un déficit de 8% a un superávit en el 2003 del 6%, “quiere decir que el consumo internacional de la economía dominicana se contrajo en un 14% del PIB”.

Contrario a una política de corte inflacionaria como la que ejecutaron las anteriores autoridades monetarias al hacer emisiones desde el Banco Central, el país se ha encaminado ahora a una política deflacionaria.

El economista Ortega Tous reveló que en adición a los resultados económicos registrados y que amargamente sumieron en una mayor pobreza al país “porque fueron brutales”, hay que tomar en cuenta que el conjunto de ajustes contemplados en el nuevo “Acuerdo Stand By” con el Fondo Monetario, el cual implica “unos sacrificios muy elevados, tenemos como resultado que de un presupuesto de unos RD$206,000 millones para el año 2005, “la inversión pública total es de RD$13,000 millones. Eso es nada. Eso se va en pintura y en bacheo de caminos vecinales”.

De ahí la importancia de que con el acuerdo con el FMI, la confianza en las ejecutorias de las actuales autoridades gubernamentales y monetaria se haga sostenible, porque el país precisa de nuevos y frescos recursos internacionales para seguir creciendo debidamente.

Por eso, lo importante dentro de todo este panorama lo constituye el proceso de recuperación de la confianza y una política monetaria concordante con la nueva política fiscal, que ha permitido un gran descenso en el tipo de cambio “que conduzca a un proceso deflacionario de la economía dominicana en cuatro meses”.

Aunque esto no ha tenido el efecto deseado en los niveles de ciertos productos, “como por ejemplo en los alimentos, la población ya lo ha sentido”.

VENEZUELA, AMORTIGUADOR FISCAL

Un aspecto que considera relevante dentro de las previsiones asumidas por el actual gobierno antes de asumir el Poder, lo fue el de negociar el “Acuerdo de Caracas”, mediante el cual el país pudo evitar que subieran más de lo que lo hicieron, los precios internos de los combustibles “y para que tuviéramos unos ahorros en términos fiscales que van a ayudar a esta política deflacionaria que hemos emprendido, de forma determinante”.

Por eso, en momentos en que el gobierno dominicano pone en tensión todo un tinglado de relaciones comerciales bilaterales, el país que más ayuda directa ha dado a República Dominicana, es Venezuela.

Este acuerdo es fundamental “para que todavía no subieran más los combustibles”.

 De aquí que el país que a su juicio más ayuda nos está dando directamente, en términos de soportar el ajuste fiscal, es Venezuela.

No se trata de una ayuda directa en el sentido de que son desembolsos, sino por el hecho de que son diferimientos de pagos a 15 años y a una tasa del uno por ciento de interés.

 El acuerdo ya comenzó a implementarse, a pesar de que falta la ratificación de parte de las dos cámaras congresionales.

Si un acuerdo como el de Caracas hubiese existido a finales del año 2003 y principios del 2004, posiblemente no hubiese sido necesario recurrir al Club de París, para cerrar la brecha del financiamiento en las previsiones del flujo de caja del país.

El monto que representa la brecha que se cerró con el Club de París, de unos US$300 millones en el año 2004 a través del sistema de Trato Comparado, de haber existido el Acuerdo de Caracas para el país, habría representado ya un 70% del monto de esa brecha.

Contemplado por las anteriores autoridades gubernamentales, por razones políticas no fue puesto en vigor, a pesar de no tener objeciones por parte de los Estados Unidos.

No tiene implicaciones políticas regionales, pues se trata de un acuerdo bilateral para dar soporte a una economía que está en situación de postración por una crisis.

Las autoridades norteamericanas y el propio FMI consideraron que los términos logrados por República Dominicana fueron bastante favorable.

El Acuerdo de Caracas no implica la anulación del Acuerdo de San José, pero lo que acuerda este nuevo convenio es que del total de la cuota petrolera asignada al país, que es bastante alta, unos 55,000 barriles diarios, similar a lo asignado a Cuba por el Acuerdo de San José que es de 58,000 barriles diarios.

Se explicó que del total de la asignación de cuota de barriles diarios, por ejemplo de US$20.0 millones, el 25% (US$5.0 millones) se descuentan para hacer unos pagarés a 15 años al uno por ciento anual y sólo se pagan 15 millones. Se trata de un financiamiento de la factura petrolera dominicana.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas