Junio 14 ¡Lámpara del Despertar!

Junio 14 ¡Lámpara del Despertar!

JOSÉ ANTONIO NÚÑEZ FERNÁNDEZ
Parece mentira, pero del árbol milenario del tiempo, que celosamente cuida el buen padre Cronos, se va a desprender ya otro año. De la inolvidable fecha del 14 de junio de 1959 se van a cumplir cuarenta y seis años. Ese día que domingo era, fue en verdad como el laureado portalira cantó: “Lámpara del despertar, punta de lanza que abriera la ruta del ancho mar; que en cada pecho resuena el tacón de su pisar, por el amor que los llena no lo dejes de contar”.

Ese domingo 14 de junio de 1959 la prensa matutina, enarbolando los pendones y los gonfalones del anti-comunismo de oficio y de beneficio, rendía los y parabienes al primer anticomunista de América y demócrata mayor del continente de la esperanza, el generalísimo y doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Los periódicos de ese día, en sus páginas tenían informaciones de este juez: El Secretario de la Comisión Nacional Organizadora de la Feria Internacional del 1963, hablará a las 6 de la tarde en La Voz Dominicana acerca del tema “El Comunismo Peligro Rojo de américa”. En cuanto al ámbito cubano y lo referente a los intereses de la triunfante y preocupante Revolución cubana, un periodista y escritor, inteligente de verdad, pero que creía que la luna era de cazabe, y el cual apenas un poquito hacia adelante resultaría devorado por el Moloc al cual le servía, señalaba ese día, que: La designación de Raúl Roa como Ministro de Estado, representaba un desafío más de Fidel Castro a la opinión internacional, que sabía, que conocía la clara filiación comunista del doctor Roa.

Y como faltaban cinco días para que se cumplieran diez años del desembarco de Luperón del 19 de junio de 1949, un letrado santiaguero se explayaba manifestando “Luperón un ejemplo para América”. El “paladinesco” jurisconsulto afirmaba que dentro de pocos días, o sea el 19 del corriente, la República entera iba a celebrar con juristificado entusiasmo el décimo aniversario de la invasión comunista al país, aniquilada al iniciarse -decía el letrado- por un reducido contingente de nuestras Fuerzas Armadas destacadas en Luperón, con el apoyo inquebrantable de la población civil. El lenguaraz letrado estaba desmintiendo “al Jefe” que no hablaba mentira y quien diez años atrás había informado al pueblo, que un solo soldado de su ejército había derrotado a los foragidos de Luperón.

“El valiente militar se nombraba Leopoldo Puente Rodríguez”.

Pero diez años después de Luperón, el domingo 14 de junio de 1959 arribaron por Constanza los que: “Una montaña traían de corazón, y en el mar bajo el cielo, en la playa, en la red de aterrizar, por el pecho – esa montaña de dimensión insular- fue la semilla postrera que comenzó a germinar”.

La noche de ese domingo me tocaba presentar a las once, el show estelar del Night Club de La Voz Dominicana. Era probable que esa noche asistiera al elegante salón, el dueño de la “regia casa del arte y la cultura” el teniente general Don José Arismendy Trujillo Molina. Por eso, media hora antes de la señalada para el inicio del desfile de los artistas participantes, me encontraba puntualmente presente. Amenizaba las dominicales festividades, la super-orquesta San José, bajo la diestra batuta del mocano maestro Papa Molina.

Bien vale decir, que esa agrupación musical estaba integrada por hombres de bien en los cuales sin peligro se podía confiar, absolutamente, para verter, emitir y lanzar la crítica más mordaz en contra del régimen imperante.

En un receso de la orquesta, antes del comienzo del show, el trompetista vegano Francisco Burgos (Paquito) se levantó de su asiento, se acercó a mí y me dijo: “¡Sígame profesor!” Entramos a uno de los sanitarios y con los ojos desorbitados y voz emocionada me expresó: “Las gentes esas se están C…., esta tarde les llegó una invasión por Constanza. Observe que la mesa del dueño de este negocio está vacía”.

Ciertamente, unos hombres habían llegado. Habían llegado para estremecer las montañas y para sacudir las llanuras. Habían llegado “Los Hombres de la Raza Inmortal”. Y el sábado 20 por Maimón y Estero Hondo continuaron arribando esos varones que nos querían libertar. De La Voz Dominicana llegaron algunos que por mucho tiempo habían sido integrantes de su numeroso personal. Aureolados por la gloria y elevados por el martirio llegaron estos inolvidables compañeros: Rafael (Fello) Valverde, croupier del casino; Ramón Fabio Bergés (Grillito el bailarín); Luis Conrado Ruiz (“Peligro”, que era un técnico de la TV); Henry Ramírez (musicalizador en L V D y locutor en la H I G) y César Federico Larancuent Rijo (locutor, perteneciente a una familia mártir que desde el mismo 1930 empezó a derramar sangre). Del locutor Larancuent se puede decir que fue el último de los Larancuent.

En el Cuarenta y Seis Aniversario de la gesta de junio de 1959, saludamos al glorioso tríptico de los sobrevivientes. Saludos a nombre de la patria agradecida para el Comandante Delio Gómez Ochoa y para los abanderados de la gloria y del honor, los Comandantes de los afectados dominicanistas Poncio Rafael Pou Zaleta y Mayobanex Vargas y Vargas. Pueblo dominicano: “De pino y cobre eran ellos y de limpio luchar. Llegaron ellos con metrallas y fusiles y sabiéndolos manejar”. Hace cuarenta y seis años que nos vinieron a despertar. Ellos sabían que los pueblos dormidos invitan a sentarse sobre su lomo y a probar los aguijones y el látigo en sus ijares de acémila sumisa y domeñada.

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