Junio de 1960: el comienzo de la resistencia pública contra Trujillo

Junio de 1960: el comienzo de la resistencia pública contra Trujillo

El MPD fue el único partido que luchó públicamente contra el dictador hasta su muerte

Después de lo que Bernardo Vega llamó el “interludio de tolerancia” de la dictadura de Leónidas Trujillo entre 1946 y 1947, la resistencia pública en su contra solo pudo realizarse a partir de junio de 1960, con la llegada al país de los primeros dirigentes del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Estos arribaron a la capital dominicana el día 4, y una semana después, el día11 de junio, desplegaron su accionar abriendo su local en la zona de Villa Francisca, muy cerca de la intersección de las populosas avenidas actualmente llamadas Duarte y Mella. La localización de la sede denotaba el carácter popular del partido.

Desde entonces, el MPD fue el único partido que luchó públicamente contra Trujillo hasta la muerte del dictador el 30 de mayo de 1961. A esta etapa final de la vida del tirano, le siguió una fase de quiebra de su dictadura, durante la cual emergieron en el país otras organizaciones políticas que desplegaron actividades de resistencia pública, como el Movimiento Revolucionario “14 de junio” (1J4), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el Partido Socialista Popular (PSP), Vanguardia Revolucionaria Dominicana (VRD) y la Unión Cívica Nacional (UCN).

La agencia de prensa estadounidense AP registró la llegada de los delegados emepedeístas, así como su declaración de que venían a hacer política de oposición al régimen trujillista. El arribo de Máximo López Molina y de Andrés Ramos Peguero también fue reseñado por el periodista Radhamés V. Gómez P, del oficialista periódico El Caribe, quien señalaba que: “Dos dominicanos que hacía varios años residían en Cuba llegaron ayer al país a fin de integrar el partido político Movimiento Popular Dominicano, porque consideran que ‘nosotros tenemos el derecho de arreglar nuestro asunto como personas civilizadas.” Los dirigentes declararon que: “No creemos que la libertad vendrá de Venezuela, Cuba, de la OEA ni de ninguna otra parte”, aunque “reclamamos el derecho de la República Dominicana a recibir el respaldo de otras naciones”.

Acerca de sus intenciones al regresar al país, los dirigentesdijeron que el Movimiento Popular Dominicano lucharía por “el restablecimiento de las libertades públicas; la reforma agraria; la democratización absoluta e industrialización del país y por un gobierno democrático”, así como “también lucharemos por la libertad de los presos políticos”.

Declararon que: “Movilizaremos públicamente al pueblo dominicano. Lo vamos a hacer mediante la prédica de la verdad, que es el arma más poderosa de la revolución, en su sentido científico”. La determinación de los emepedeístas de retornar al país para hacer política independiente del poder pronto se manifestó en tres vertientes: la propaganda antitrujillista; la organización de su membresía; y la movilización popular a través de mítines públicos.

El MPD en la palestra pública

Efectivamente, el 11 de junio de 1960 el MPD salió a la palestra pública en suelo dominicano. Además de abrir su local,lanzó su primer manifiesto en el país, planteando una “Patria libre y democrática” y terminando con el grito de “LIBERTAD O MUERTE”. La proclama estaba dirigida a los estudiantes, los trabajadores del campo y la ciudad, los comerciantes e industriales, los profesionales e intelectuales, y al pueblo en general. En ella se reclamaba: amnistía general para todos los presos políticos; vigencia de las libertades públicas; libertad sindical y respeto al derecho a huelga; restablecimiento del derecho de asilo; libertad de tránsito; reconocimiento del derecho a la libre organización de la población; y libertad de información.

El manifiesto llamaba a los diversos sectores sociales a organizarse para defender sus intereses de su clase: los estudiantes en federaciones, los obreros en sindicatos, los campesinos en asociaciones, etcétera. Finalizaba exhortando “a todo el pueblo a unir sus fuerzas bajo la bandera Roja y Negra de nuestro movimiento emancipador con la consigna única de LIBERTAD O MUERTE.” El manifiesto lo firmaron Máximo Antonio López Molina, Ramón Badillo Jaques, Andrés Ramos Peguero, Fausto Ortiz M., Mario Jerez Cruz, Ernesto A. López Molina, Francisco Ramos Rojas, Francisco E. Ramos P., y Ciprián Polanco.

Poco tiempo después, el MPD continuó la publicación en el país del periódico Libertad, que había fundado en La Habana, Cuba, en 1956.Mientras el régimen trujillista trataba de evitar un mayor aislamiento del que ya estaba viviendo, las informaciones relativas al MPD tuvieran cobertura de agencias internacionales de noticias como AP, UPI y AFP, con lo cual el partido tuvo una activa y continua presencia mediática.

Al principio,la estructuración del partido se integró con familias de tradiciónantitrujillista a nivel popular, como los Ramos, Rojas, López Molina, Ericson, Baik, y otras. A estas siguieron numerosos jóvenes de diversas clases sociales, quienes, hartos de la tiranía, acudían sin miedo al local emepedeísta, habilitado con una oficina, una sala de reuniones y un área de propaganda. En una pared central había un mural con avisos, publicaciones y anuncios de actividades. 

Lo más llamativo de la sede emepedeísta fueron unos potentes altoparlantes instalados en el ancho balcón que daba a la avenida José Trujillo Valdez, a través de los cuales se denunciaban los abusos del régimen de Trujillo y se daban a conocer informaciones que ningún medio de comunicación local transmitía. Las bocinas desconcertaron a las autoridades trujillistas, que no lograban explicarse tal grado de atrevimiento. Eso les indicó la celeridad con que estaba creciendo la resistencia interna contra la dictadura, tal como se registra en mi libro Enfrentar la fiera en su propia madriguera, publicado por el Museo de la Resistencia Dominicana.

Contra el intento de las elites de salir de Trujillo mediante una trama conspirativa, el MPD planteó su tesis original de que solo a través de la organización y movilización popular era posible derrotar la dictadura e instaurar un gobierno democrático; eso solo podía hacerse luchando abiertamente. El manifiesto emepedeísta proclamaba: “Cesen, pues, las actividades terroristas, y, ¡paso a la lucha abierta!”. Esa decisión inició una nueva etapa en la lucha antitrujillista.

Los emepedeístas actuaron en consecuencia, extendiendo sus actividades propagandísticas y organizativas hacia diversos barrios capitaleños y ciudades del interior del país, especialmente de la región norte, la más productiva en una nación eminentemente agrícola como era la República Dominicana de 1960.

Apenas a unas semanas de haber arribado al país, los líderes emepedeístas instalaron un Comité Central. Los rigores de la dictadura obligaban a tener una estructura flexible, mudable y horizontal, habida cuenta del gran temor ciudadano a la delación, especialmente luego del dramático vapuleo ocurrido tras develarse la existencia del movimiento 14 de Junio.

Pronto aparecieron los enemigos. Atacaban violentamente a los emepedeístas,intentaban ultrajarlos y asaltaban por la fuerza su local, obligándolos a protegerse. “Tuvimos varias peleas con paleros trujillistas; nosotros andábamos con un tubo galvanizado para la defensa”, confiesa Rafael Rivera Cruz, uno de los primeros en integrarse al MPD. Los trujillistas no concebían tal desafío. No lo soportaban. Ni con sus injurias, ni con sus ataques, lograron amilanar a los decididos militantes emepedeístas.

La aceptación popular que llegó a tener el MPD motivó que observadores internacionales llegaran a pensar que Trujillo podía ser derrocado por un movimiento popular. Según Jesús de la Rosa: “Los consulados de Trujillo en el exterior pronto se vieron colmados de solicitudes de exiliados políticos exigiendo garantías y solicitando pasaportes para regresar al país… Fue a partir de la venida al país del Movimiento Popular Dominicano que las actividades antitrujillistas adquirieron un carácter de masa. Esto preocupó mucho a los norteamericanos que no deseaban que Trujillo fuera derrotado por un movimiento popular parecido al que encabezó Fidel Castro y que dio al traste con la dictadura de Fulgencio Batista. Por ello, los líderes estadounidenses procuraron siempre que fueran sólo unos cuantos conspiradores quienes le ajustaran las cuentas a Trujillo”.

Para Jorge Puello Soriano, “el Men”, quiense incorporó a las filas emepedeístas desde 1960, los hechos mostraban que había prendido la visiónde Pablo Antonio Martínez, principal ideólogo del MPD en Cuba: “que había que venir del exilio aunque fuera enmascarado, había que venir como quiera, pero venir. Entonces aquí se plantó el MPD y aparecieron los dominicanos rojinegros.” En poco tiempo la militancia emepedeísta se lanzó a las calles al grito de: “¡Patria o Muerte, Venceremos!”. Ese era el sentido de la consigna: “Lucha interna o Trujillo siempre”.

Por Darío Tejeda, Director del Instituto de Estudios Caribeños (INEC)

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