¿Juntas alternas?

¿Juntas alternas?

La Junta Central Electoral (JCE) rechazó, categóricamente, que el sistema informático de ese organismo haya sido objeto de alguna tentativa de penetración, como se publicó en dos diarios, entre los cuales no se encuentra HOY.

Esa es una especie que nos alienta y nos reconforma, pues entendemos que la JCE tiene que rodear de la mayor cantidad posible de garantías su servicio informático, vial en la celebración de las elecciones del próximo 16 de mayo.

La Junta ha dicho que es tal la seguridad de que se dispone en los actuales momentos, que dispondrá de «juntas alternas» para el supuesto caso en que ocurran dificultades en la infraestructura informática.

Hay que felicitar a la JCE por cuantas medidas previsoras tome.

Ahora bien, y dada la transparencia que debe existir en este asunto, sería muy conveniente que la JCE explicara a todo el país, con el mayor lujo de detalles posible y en un lenguaje comprensivo para el ciudadano menos informado, qué es eso de «juntas alternas».

La JCE se empeña en que alrededor de los venideros comicios todo esté claro, muy claro. Por eso, no estaría demás que se explicara cómo se han instalado esas «juntas alternas», en qué consisten las mismas, como serían operadas y quienes estarían a cargo de esas operaciones.

De todos modos, y tras las explicaciones de lugar, lo ideal sería que no se presentaran problemas informáticos de especie alguna y que las «juntas alternas», consistan en lo que consistan, queden en el campo retórico.

[b]¿Qué?[/b]

Preocupa y apena, al mismo tiempo, que autoridades públicas digan que están imposibilitadas de impedir que vulgares ladrones sustraigan los cables eléctricos que alimentan los semáforos.

Esto es algo que no se producía ni siquiera en «Roma, Ciudad Abierta», cuando el neorealismo italiano de la post guerra fue inmortalizado por Vittorio da Cicca.

¿Cómo puede ocurrir un coas así en una capital donde tanto dinero se desperdicia, donde se juega tanto con el dinero de los contribuyentes?

Cualquiera cree que se le toma por bobo cuando se habla de la imposibilidad de evitar que siga el saqueo de las tapas de metal que colocan distintos organismos de servicio público?

¿Es qué acaso el gran aparato investigativo del Estado –muy costoso por cierto– no puede establecer quienes compran esas tapas y las funden? ¿Es qué resulta imposible ponerle coto a esta vagabundería en gran escala.

Ayer, a plena luz del sol, en la 27 de Febrero esquina Ortega y Gassett se sustraían barras de metal del parquecito donde se encuentra el monumento dedicado al inmigrante. Las barras eran colocadas en una camioneta parqueada delante de un público que curioseaba. Todo eso sucedía en las proximidades de un destacamento policial –Naco– instalado en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, donde también operan centros militares encargados de la vigilancia de las instalaciones deportivas.

¿Qué hacer?

¿Cruzar los brazos y pedir que declaren la ciudad territorio de nadie?

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