Como el expresidente Leonel Fernández se declaró vinchista, para sorpresa y decepción de mucha gente que vio en el entonces joven y talentoso político una esperanza para acometer los cambios necesarios hacia una sociedad más justa e igualitaria, y en atención a los estrechos vínculos políticos que desde el 1994 lo vinculan a Vincho Castillo se ha considerado un revés político su anuncio, a través de su programa La Respuesta, de que la Fuerza Nacional Progresista no pactará con el exmandatario para las elecciones municipales, congresionales y presidenciales del 2024.

El doctor Castillo explicó en su programa que la razón de esa ruptura son los evidentes aprestos para la concertación de una alianza electoral entre el expresidente Fernández y su Fuerza del Pueblo con el PLD, con lo que según el conocido jurista este asume el descrédito por las acusaciones de corrupción que mantienen a exfuncionarios del gobierno de Danilo Medina en el banquillo, además de pactar con quien ha sido su principal detractor.

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Por eso fue enfático al señalar que la alianza que se le ha propuesto al líder de la Fuerza del Pueblo constituye una emboscada de parte de quienes se han propuesto su destrucción histórica, por lo que no vacilarían en traicionarlo por una tercera ocasión. Nada que en realidad no sepa el expresidente Fernández, que no es un ingenuo en materia política, pero que en su propósito, que algunos consideran obsesión, de volver a ser Presidente de la República, hará lo que tenga que hacer y correrá los riesgos que tenga que correr.

Y en ese afán u obsesión parece dispuesto a desafiar cualquier posible emboscada o traición de la misma gente que con malas artes lo obligó a montar tienda aparte en la FUPU, pero también a recordarnos lo que nunca debemos olvidar: que aunque hoy estén distantes y separados, danilistas y leonelistas estarán siempre unidos por la rampante corrupción que constituyó el sello distintivo de los gobiernos del PLD.