Aunque para muchos es ya demasiado tarde, probablemente convencidos por las encuestas que adelantan que PLD y su candidato, el presidente Danilo Medina, se van en primera vuelta, vale la pena resaltar que la oposición, esa que hasta ahora ha preferido apostar a la dispersión y el individualismo, acaba de poner a prueba una verdad que viene reafirmando la humanidad desde que el mundo es mundo: en la unidad es donde está la fuerza. La visita a la Junta Central Electoral de seis candidatos presidenciales de la oposición (el único que faltó fue Hatuey Decamps, quien ya se ha expresado públicamente en favor del conteo manual), donde exigieron que se utilice el conteo manual en todos los niveles de elección, constituye la primera ocasión en que actúan unidos por un propósito común. En buena lógica cabe suponer que si la oposición en pleno le hace ese reclamo al árbitro del proceso, ese árbitro está en la obligación por lo menos de escucharlo, pero la obcecación del doctor Roberto Rosario ha roto toda lógica. Porque si se fija usted bien el único que todavía se resiste a que también se utilice, además del escrutinio electrónico, el conteo manual, es el presidente de la JCE, como nos acaba de confirmar el director operativo del comando de campaña del PLD, Rubén Jiménez Bichara, quien ayer reiteró que su partido acogerá cualquier método para contar los votos que el organismo electoral determine, porque lo que se busca es que el proceso sea legal. ¿Acaso hay algo que garantice mas esa legalidad que utilizar el conteo manual como manda la Ley Electoral? Por eso hay que confiar en que finalmente se impondrá la sensatez y el doctor Rosario entrará en razón, pero no quiero irme de aquí sin decir que la visita de esos candidatos a la JCE envió al país una señal clara y contundente de que la oposición puede unirse cuando necesita ser mas fuerte para alcanzar sus objetivos. Lástima que esa voluntad unitaria llegue con tanto retraso.