Un experimentado abogado colombiano, catedrático por más de 30 años de derecho constitucional, alabó la nueva Constitución dominicana al considerarla “enormemente progresista”, “profundamente humanista” y con “unas características muy importantes”.

Juan Carlos Esguerra Portocarrero, egresado también en ciencias socioeconómicas de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, dice que se trata de un texto que rompe con el viejo concepto de que una constitución se centra en definir y crear las estructuras del poder. “No sé si los dominicanos la han apreciado como deberían hacerlo”, comentó en una entrevista para HOY.

Aclaró que no se considera un experto en constitucionalismo dominicano, pero al tratar un tema espinoso reconoció que la reelección presidencial inmediata es dañina a la democracia pues se presta al uso de los instrumentos del Poder para lograr un objetivo.

Vino a República Dominicana invitado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), en cuya sede dictó dos conferencias y aunque admite que no tuvo tiempo para solearse en una de las bellas playas del país, si alcanzó a chequear “muy detenidamente la nueva Carta Magda “y la verdad debo decir que me gustó”.

 “Parece que es una constitución que está muy adecuada a los tiempos que corren, me parece que es una constitución que tiene unas características de enorme importancia, no sé si los propios dominicanos la han apreciado como deberían hacerlo”, comentó.

Con más de tres décadas impartiendo cátedras de derecho constitucional y administrativo en la Pontificia Universidad Javeriana, de Bogotá, administrada por padres jesuitas, Esguerra Portocarrero resalta en esta constitución cinco o seis disposiciones muy importantes, empezando por el preámbulo donde observa que “se subraya el concepto de la dignidad humana” que, a su juicio, es lo que la hace una constitución muy progresista, muy importante”.

 “Se está reconociendo algo que es propio del constitucionalismo moderno por oposición al constitucionalismo anterior que correspondía a los tiempos de las revoluciones, de independencia y de las revoluciones generales que eran constitucionalismo en donde se entendía que la constitución era fundamentalmente un texto en el que se definía el poder”, sostiene el experto.

En este constitucionalismo moderno, según el catedrático colombiano, el Poder pasa a ser “un medio cuyo fin último es la búsqueda, la defensa y el respeto a la dignidad de las personas humana”. Se trata de “una constitución profundamente humanista con todo lo que en eso hay de bueno”, recalcó Esguerra Portocarrero, con amplia experiencia en litigios y arbitramientos internacionales, según su currículo.

Destacó el hecho de que en esta Constitución no se habla de un Estado de derecho, sino de un Estado social de derecho “porque lo que importa es ver no solamente que se consagra y se definen unos derechos, sino que se busca dotar al Estado de instrumentos y crear las condiciones necesarias para hacer de esos derechos unas realidades”.

“De manera, que cuando uno encuentra en una constitución ese tipo de características uno tiene que aceptar que está en frente de una constitución enormemente progresista”.

La reelección.  Esguerra Portocarrero no es partidario de la reelección presidencial inmediata, tema que en su país ha sido motivo de amplios debates y en donde en un tiempo rigió la repostulación de un gobernante una vez transcurrido un período de gobierno.

Al experto colombiano le parece que con la reelección inmediata “se podría correr el riesgo de utilizar instrumentos del poder para conseguir el objetivo, aunque reconoció que hay países donde eso está organizado y manejado, por ejemplo, Estados Unidos.

“Entonces lo que es importantísimo es evitar que un Presidente pueda perpetuarse en el poder, lo demás tendrán que resolverlo cada país en cuestión, dependiendo de sus circunstancias propias, considera.

Es decir, creo yo, campear siempre en la constitución y en la disposiciones constitucionales la idea de la democracia, pero la idea de la democracia no entendida como se entendía tradicionalmente en el sentido de que ella es solo una cuestión de números, una cuestión de mayoría, y por consiguiente lo que una mayoría diga en un momento determinado eso se hace, aclaró el experto

Al respecto, Esguerra  Portocarrero, precisa que se trata de una democracia entendida, “como debe entenderse en el mundo moderno, que es una idea de democracia en donde hay  preocupación, reglas y respeto permanente por la minoría y preocupación por el futuro.

Reconoce, sin embargo, que todo sistema democrático tiene que imponer sus limitaciones y condiciones en el presente pensando en el futuro,” porque a veces las democracias suelen ser pasionales, es cuestión de momento, y a veces esas pasiones de las mayorías pueden afectar la democracia de mañana”.

“Entonces, apuntó finalmente, todo esto debe haber sido tomado en cuenta e incorporado en una regla que establezcan ciertos asuntos que no deben ser susceptibles de modificación ninguna”.