El Presidente Danilo Medina ha interpretado con acierto el sentir de los ciudadanos, al reafirmar su indignación porque los delincuentes sometidos a la justicia obtienen la libertad con pasmosa facilidad. Su queja la acompaña con un llamado a la sociedad, para que reclame que el sistema judicial haga un trabajo más decoroso. El desbordante índice de reincidencia revela que es mucha la gente que sale en libertad sin ser condenada o sin cumplir las penas previstas para sus fechorías.
Desde luego, para ver las fallas del sistema judicial hay que revisar la ruta crítica del expediente, desde la captura del inculpado hasta la sentencia en primera instancia. Hay quienes, desde la judicatura, argumentan que la benignidad de muchas sentencias y descargos que parecen escandalosos, obedece a la inconsistencia y poca sustanciación de los expedientes. Este argumento salpica de suspicacia al Ministerio Público, una área en la que el Poder Ejecutivo tiene hegemonía.
Lo aconsejable es emplearse en estudiar, de manera aleatoria, los casos que han derivado en sentencias escandalosas por su benignidad, para ver cada elemento y poder así juzgar el juicio. La sociedad aspira a castigo para el delito, no sólo el que cometen los delincuentes, sino también el de posible origen procesal. Hay que desarticular los estimulantes del delito, caiga quien caiga.
EL PELIGRO ACECHA A LOS VIAJEROS
La ruta desde el aeropuerto Las Américas hacia cualquier parte sigue siendo peligrosa para los viajeros. Los asaltantes, que operan en la terminal o tienen efectivos contactos allí, han sumado nuevas víctimas a la lista de agraviados, esta vez con el balance de un muerto, Rafael Sánchez, de 66 años. Este señor fue seguido desde el aeropuerto y atacado a tiros cuando se desmontaba del vehículo en su residencia del sector El Edén, de Villa Mella.
Sánchez acudió al aeropuerto a buscar una pariente que llegó del extranjero y que fue despojada de sus pertenencias por los asaltantes. En el aeropuerto hay que hacer un trabajo de inteligencia para detectar los contactos que informan a las bandas de asaltantes sobre las posibles condiciones económicas de los viajeros que llegan a la terminal. Hay que neutralizar las operaciones de estos delincuentes que no tienen el menor respeto por la vida humana.