Justicia divina

Justicia divina

MARIEN A. CAPITÁN
Católicos o no, creyentes o no, lo cierto es que a los ciudadanos del mundo no nos queda más que resignarnos y poner nuestras esperanzas en las manos de la justicia divina: la humana, que lamentablemente, cada día se nos aleja más. En nuestro país, por ejemplo, vemos cómo los «no ha lugar» se suceden unos a otros ante el atónito silencio de quienes se ven afectados por aquellas decisiones.

Por otro, nos «tragamos» la bandera para cederle a los Estados Unidos la potestad de juzgar a los ciudadanos de su país que comentan acciones delictivas en nuestra tierra.

Aunque para el embajador norteamericano es desafortunado que haya quienes se opongan a ese gentil tratado (donaciones de armas a cambio de no llevar a los ciudadanos norteamericanos ante la corte internacional), para gente como yo no se trata de algo más que un canje de armas por impunidad.

Hans Hertell, el simpático embajador de Estados Unidos, asegurará que esto no es cierto. Bien claro lo dijo ayer: hay que confiar en el sistema judicial estadounidense puesto que es ejemplar y actúa de manera independiente. ¿La muestra? «Figuras importantes de la política y el sector privado de los Estados Unidos han sido procesadas en tribunales imparciales».

A esta frase, Hertell agrega la siguiente: «Nadie cuestiona la integridad de la judicatura de Estados Unidos ni la capacidad que tiene Estados Unidos de procesar criminalmente a cualquier persona que haya violado la ley en cualquier cosa».

Tras volver a escuchar las palabras del embajador, me vino a la memoria el nombre de Luis Posadas Carriles, aquel cubano anticastrista que ha vuelto a ser noticia por ingresar ilegalmente a los Estados Unidos en abril y haber sido solicitado en extradición por Venezuela.

Posadas Carriles, para quienes olvidan, es un terrorista confeso que realizó varios ataques violentos contra intereses cubanos, incluyendo la explosión de un avión de Cubana de Aviación. En ese avión, derribado en 1976 mientras volaba sobre Barbados, viajaban 73 personas.

Amén de que en aquel momento el ex presidente George H. W. Bush era jefe de la CIA y Posadas agente de esa institución, sería interesante que las palabras de Hertell se conviertan en una realidad el próximo 25 de julio, cuando tenga lugar la audiencia migratoria de Posadas.

En esta audiencia, Posadas insistirá en que se le deje libre bajo fianza (libertad que no deben otorgarle porque es bien sabida su gran afición por las huidas). Más importante que eso, sin embargo, es lo de la extradición a Venezuela.

La única excusa que puede tener Estados Unidos para retener a Posadas en su territorio es que violó las leyes migratorias. Pero eso, ¿qué peso tiene frente al asesinato y la conspiración? Me parece que ninguno. En nombre de ello, si quiere dar una muestra de lo justo que es su sistema legal, Estados Unidos debe entregar a Posadas par a ver si finalmente termina de pagar cuánto ha hecho.

equipaje21@yahoo.com

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