Justiciera decisión

Justiciera decisión

Cientos y cientos de profesionales y técnicos dedican toda una vida al país, y llegan a la ancianidad sin recibir una mínima asistencia social ni recompensa alguna.

Sin las fuerzas necesarias para continuar aportando a la patria conocimientos y experiencias acumuladas, hombres y mujeres llegan a sus últimos años de existencia en total desamparo.

El Estado dominicano ha carecido hasta ahora de oportunos planes, para garantizar una vejez digna a la población en el momento indispensable.

Por tales razones, he visto con beneplácito la disposición del Presidente Fernández de otorgar pensiones a un grupo de connotados médicos que laboraron durante décadas en el sector salud, público y privado, con esmerada dedicación, esfuerzo y escasa retribución.

Y, más aún, es digno de los mayores elogios que la decisión se adoptara sin que se midiera época de servicio, militancia o bandería política, como en el caso del doctor Amiro Pérez Mera, brillante epidemiólogo e investigador que ocupó la cartera de Salud Pública, y que es orgullo de  su clase.

Cuando se trate de reconocer sacrificios y contribuciones a la nación, debe excluirse todo resentimiento o preferencias partidarias, si las hubiere.

Otros sectores profesionales deben medirse con similar rasero, en el momento de ser reconocidos, habida cuenta de que el Estado no es la propiedad de una persona o grupo.

Estoy persuadido de que, en las pensiones concedidas esta vez a los galenos, se ha obrado con sentido de justicia y entereza ciudadana.

Los hombres se elevan cuando actúan en pro del bienestar colectivo.

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