El desarrollo del turismo alcanzado por la provincia de Samaná contrasta con el estancamiento académico de sus jóvenes que ven limitados sus deseos de estudiar y de formarse profesionalmente por la falta de centros que impartan carreras técnicas y superiores.
En esta ciudad funciona desde hace dos años un subcentro de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), pero solo se imparten las asignaturas básicas. Una vez concluida esa fase los bachilleres tienen que trasladarse a Nagua, Santiago o Santo Domingo para poder continuar sus estudios.
A esto se añade la agravante de que la docencia se imparte en un local cuyo techo es de tejas hechas con asbesto que según las propias autoridades universitarias podría producir cáncer. Esta situación ha provocado una gran deserción estudiantil.
Local. Es por ello que representantes de organizaciones juveniles de diferentes ámbitos de la provincia piden a una sola voz al Gobierno un local adecuado que permita ampliar la oferta académica, por lo menos a las carreras vinculadas con la industria sin chimeneas, de manera que los jóvenes de la comunidad puedan ser tomados en cuenta en cargos gerenciales de las cadenas hoteleras.
Según expresaron, estos cargos son ocupados por personas provenientes de Bávaro, Puerto Plata y otros pueblos, porque los lugareños no están debidamente capacitados.
Indignación. Con gran indignación, el regidor de Samaná por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Aristóteles Newman narró a La Esquina Joven de Hoy que el “hambre de estudiar es tan grande que alrededor de 500 jóvenes fueron estafados por personas que vinieron de la capital a promover unos cursos técnicos por los cuales cobraban RD$700”.
De su lado, René de Jesús, de la Asociación de Estudiantes, recalcó que de 400 bachilleres que concluyeron sus estudios recientemente, solo 20 se inscribieron en la universidad.
Cuando el subcentro de la UASD comenzó a funcionar ingresaron 1,800 estudiantes. Sin embargo, la matriculación ha ido descendiendo. “Hay una sed de estudiar, pero no tenemos ni siquiera un centro de Infotep para que nuestros jóvenes se preparen”, recalcó. “Solicitamos al presidente Danilo Medina que nos facilite un local; podría ser el correo. El lugar donde funciona ahora la académica no tiene iluminación, no hay butacas… en fin, carece de las más mínimas condiciones”, enfatizó.
René de Jesús dijo que esto provoca migración y desempleo. “El principal oficio de nuestra juventud es el motoconcho. Aquí debe haber más de 25 mil motoconchistas”, acotó.
Explicó que cuando es temporada de cruceros, la economía se moviliza, pero una vez finaliza, la situación se torna difícil.
“Me gustaría que esto fuera un 911, una voz de alerta para el Gobierno para que nos escuche y vea cuál es nuestra problemática. El asunto no está en sembrar más coco, ni en pescar más, ni en la creación de más hoteles, aunque es importante, pero si no tenemos la formación académica, no vale de nada”, añadió.
En el conversatorio, Newman hizo referencia a la situación de los cruceros, cuya tendencia también ha ido en baja por la falta de una terminal, lo que también constituye una estocada mortal para la economía de la provincia.
Precisamente ayer comenzó la temporada de cruceros. En el 2008 llegaban hasta 115 cruceros. El año pasado llegaron 58 y en este, se espera que no sobrepasarán los 30.
Intereses de sectores diversos ha impedido la construcción de la terminal, según dijeron. A nivel cultural se sienten abandonados. Contaron que el grupo Folklórico y Artesanal de Samaná participa en las actividades culturales con prendas de vestir regulares, porque ni siquiera poseen uniformes. Han tramitado solicitudes a diferentes autoridades, pero su voz sigue clamando en el desierto.
José Ramírez Acosta, del Ministerio de la Juventud, reconoció las debilidades para hacer frente a las necesidades del sector.
A pesar de las dificultades, limitaciones e intereses políticos, los samanenses están decididos a mejorar las condiciones de vida de su entorno.