Juventud: más allá del discurso, vamos a la acción

Juventud: más allá del discurso, vamos a la acción

La juventud, como expresión social y como perspectiva histórica, pudiéramos entenderla como la capacidad y la posibilidad de conectar con un momento histórico dado. Conectar con lo que hay en el momento (con los diversos medios de expresión cultural, con las necesidades de transformación social y política para la ocasión)

En el devenir histórico de la humanidad, los y las jóvenes han sido pilares de grandes transformaciones sociales, tecnológicas, políticas, culturales y muchas más. Esos logros, aunque necesitan de la genialidad de las personas, sobre todo, la energía y el espíritu juvenil, constituyen la clave para hacerlos posibles.

Resulta interesante ver la forma en la que el mundo adulto, en cada momento histórico, ha capitalizado las conquistas realizadas por los y las jóvenes. Y cómo se han adueñado de los frutos de sus luchas.

Vemos así, cómo luego de la lucha de los trinitarios, quienes supuestamente logran la independencia en 1844, fueron entonces, Pedro Santana y Buenaventura Báez, ambos con sus camaradas, aprovechando los frutos de la independencia. Al punto tal de llevar a la nación en principios, ya independiente, al retroceso histórico que nos puso a merced de la anexión a España en el 1861.

Como es sabido, esto generó una serie de revueltas. Una de ellas le costó la vida a uno de los más jóvenes próceres, Francisco del Rosario Sánchez.

Y luego de esto, vuelven los y las jóvenes, en esta ocasión los restauradores. Uno de los más importantes batallones encabezados por Gregorio Luperón, de tan sólo 24 años, nos devuelven nuevamente la soberanía como país en 1865. En ese vacilar del tiempo hemos estado, entre avances jóvenes y retrocesos adulto-céntricos.

En la actualidad, en República Dominicana, un 35 % de la población es joven. Y resulta ser un segmento poblacional poco enfocado desde el plano de las políticas públicas, un fragmento poblacional, incluso poco valorado desde el plano político.

Esto, por entenderse que es una población que se abstiene en casi un 70% en los procesos electorales. Los enfoques que han tenido los gobiernos de los últimos años, reflejan un gran atraso en la mirada hacia la juventud, pues se mantiene la visión de jóvenes como segmento de intervención, y no como interventores principales de las necesarias transformaciones que requiere la República Dominicana de hoy. 

Un reflejo del atraso en el que estamos en materia de políticas de juventud, resulta ser el actual gobierno encabezado por Danilo Medina y el señor Jorge Minaya, en el Ministerio de la Juventud.  Este gobierno ha demostrado su mayor ineptitud para impulsar políticas públicas hacia los y las jóvenes, pues han apostado a repetir el modelo tradicional, que ha sido un fracaso desde la instalación del Ministerio de la Juventud.

Éste se ha convertido en un gran elefante blanco, en un organismo burocratizado que ha servido más como escuela para la corrupción, que como entidad aglutinadora y promotora de los intereses de los y las jóvenes.

Hoy en día, es penoso que la esperanza de éxito en nuestros jóvenes esté estrechamente vinculada a la salida de nuestro país, en el escape puro y simple. Tenemos un gobierno incapaz de generar las necesarias oportunidades para que la juventud encuentre un espacio de desarrollo en su propia tierra.

Muchos jóvenes tienen que emigrar tras un sueño. Algunos se van para ser peloteros, otros, son captados en la fuga de cerebros por grandes empresas y gobiernos interesados en aprovechar sus potencialidades. Otros más, se van para conseguir un empleo. Quizás muchas de las veces, un empleo con la misma paga que pudieran conseguir en República Dominicana, si se les diera la oportunidad.

Pero al menos en otro país lo consiguen. Aquí, esas posibilidades resultan mínimas. Con más de un 30% de desempleo en jóvenes, y que de los que trabajan, cerca de un 60% son con empleos informales; con una tasa de deserción escolar y con muchos que ni estudian ni trabajan, nadie sabe cómo puede hablarse de políticas de juventud que sean efectivas. Todo y a pesar de los millones que se gastan en el Ministerio de Juventud.

El gobierno de Danilo Medina, representado en el Ministerio de la Juventud por el Señor Jorge Minaya, es una verdadera estocada a la juventud dominicana, pues ha sido uno de los ministros que más descaradamente ha malgastado recursos públicos. Uno de los que más ha negado rotundamente el verdadero espíritu de los jóvenes que vivimos enarbolando la memoria histórica de Duarte, de Luperón, de las hermanas Mirabal, de Amín Abel, de Manolo, y todos aquellos jóvenes que lo dieron todo por su patria.

Este gobierno quedará ahogado en la práctica de mantener un discurso hacia los jóvenes, pero que no se reflejará en la acción. Esta gestión quedará ahogada en el hoyo de la corrupción y de la impunidad que le ha permitido llegar hasta la casa presidencial, siendo la característica o marca que lo identifica, y eso es totalmente contrario a los anhelos de la juventud dominicana.

Es necesario que reorientemos las acciones de incidencia social y política desde el segmento joven, pues siempre hemos visto que nuestros sueños sólo se logran con gallardía, con valentía y con un gran esfuerzo. No esperemos que ahora sea diferente. Construyamos nosotros los auténticos hijos de Duarte, un destino diferente para nuestra nación. Demos un giro contra tanta corrupción impune, y forjemos un país justo, soberano, participativo y plural como el que soñaron nuestros patricios.

¡Jóvenes, la nación dominicana nos necesita!

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