Kamala Harris está a punto de lograr lo que sería un sueño por partida doble para los demócratas: convertirse en la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, si su partido derrota al mandatario Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre.
Harris llega a los comicios con el dinamismo de haber sido la primera mujer negra en ser elegida fiscal general en California y como la primera mujer de ascendencia del sur de Asia en el Senado.
Pero si gana la vicepresidencia -un cargo que la pone en primera línea para ocupar la presidencia si algo le ocurre a Joe Biden-Harris estaría rompiendo la barrera más significativa de su carrera.
Dado que se espera que Biden, de 77 años, sólo cumpla un mandato si es elegido, Harris estaría en una posición privilegiada para ganar la nominación a la presidencia cuatro años después.
«Mi madre me crió para ver lo que podría ser, sin el peso del pasado», contó Harris, de 56 años, en Twitter.
Desde que fue elegida como la compañera de fórmula de Biden en agosto, ha atacado a Trump por su caótica gestión de la crisis de la pandemia del covid-19, pero también por temas como el racismo, el curso de la economía y su agresiva política migratoria.