La actriz Karina Noble tuvo tendencia de disfrazarse y jugar frente a un espejo desde su niñez. A los 10 años, un paseo que organizaron en su colegio para ver la obra “La niña que quería ser princesa”, de Franklin Domínguez, cambiaría su vida.

Mientras sonríe con añoranza, la actriz recuerda ese día en que quedó tan impactada con todo lo que veía y que irremediablemente la atrapó en el mundo mágico que es el teatro.

“Al llegar a mi casa cogí una mascota y anoté todo lo que recordaba de la obra y luego la representé en el colegio”, recordó Karina, quien a los 13 años le reveló a su madre que quería ser actriz.

La fascinación que le produce estar sobre las tablas, ha sido gratificante. En su dilatada carrera ha actuado en más de 50 obras, muchas de las cuales incluso han traspasado las fronteras del país.

Y a pesar del éxito que ha saboreado, la actriz confiesa que dudó. Tuvo sus etapas en las que se cuestionó si eso era lo que quería, máxime por la precariedad que tiene la sociedad de ofrecer oportunidades a los jóvenes artistas, por la seguridad económica y por el poco tiempo que permanecen las obras en cartelera.

“Hay que ser loco para dedicar tanta energía intelectual y física a un producto que es tan efímero. Blanche (su nuevo rol) es un personaje fascinante vivirá solamente en seis funciones y luego tengo que dejarla ir. Eso es frustratorio… casi hay una etapa de depresión”, explica Karina al tiempo que señala que hubo un tiempo en el que hizo traducciones al inglés, fue docente y estuvo en la televisión, pero que siempre estuvo relacionada al teatro.

Personajes inolvidables. Cada rol que Karina ha interpretado en el teatro es como un hijo para ella. Un personaje muy significativo ha sido el de Dorotea en la obra “A otro lado del mar”, el cual le hizo merecedora del Soberano como Mejor Actriz. “A mí me dio una pena tan profunda el no poder seguir con Dorotea, que por mucho tiempo me quedé con ella en mi cabeza y con sus cuestionamientos”.

Su nuevo reto en la galardonada obra “Un tranvía llamado deseo” será dar vida a Blanche Dubois, un rol que dijo la tiene “atrapada”.

“Es un personaje muy atormentado, pero muy lleno de vida”, señala la actriz que debutó a los 16 años con la pieza “Juego de sociedad”.

Karina, quien afirma además que no se imagina haciendo otra cosa, dijo que este personaje es como la fresa encima del pastel.

“Blanche es un personaje muy rico, ella esconde una parte de su pasado y no quiere enfrentar su realidad. Ella representa el final de una época, porque viene de una familia aristocrática del Sur de Estados Unidos. Ella tiene muchas frustraciones a nivel personal. Blanche me tiene cautivada: es un personaje muy dulce, es mitómana, tiene problemas sexuales, es culta”, dijo la actriz que en esa obra será dirigida por María Castillo.

Otro de los personajes que la han marcado es Amanda, una mujer bailadora de atabales. Este personaje ha sido muy querido para ella y con él se fue de gira a París. “Recuerdo que nos dieron una ovación de pie y las críticas fueron muy buenas”.

Satisfecha. Karina se siente emocionada por todo lo que ha logrado como actriz. Agradece a Dios que le haya permitido hacer con mucho amor lo que siempre soñó.

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