MADRID, (AP).- Kate Middleton y Letizia Ortiz son el mejor ejemplo de los nuevos aires que soplan en las viejas monarquías europeas. Hermosas y profesionales, comparten un origen plebeyo y el reto de ser las probables reinas de dos de las principales casas reales de Europa.
Su imagen y cercanía a la gente han roto viejos tabúes sobre la idoneidad de los cónyuges de una familia real. Lejos de abrir debates sobre la pureza monárquica, la presencia de Middleton y Ortiz ha dado un toque de frescura a unas instituciones con cientos de años de historia y tradición. Middleton se convertirá el viernes 29 de abril en la esposa del príncipe Guillermo de Inglaterra. Para la familia real británica, es toda una novedad que una joven de origen burgués, alejada de la nobleza y sin sangre azul en las venas, pueda convertirse en reina consorte en el futuro.
Así fue en España en 2004, cuando Ortiz, una periodista divorciada, se casó con Felipe de Borbón y se transformó en princesa de Asturias y futura reina del país ibérico.
Aquella boda de campanillas en la Catedral de La Almudena de Madrid, con 1.200 invitados, fue para muchos españoles el cuento de la Cenicienta hecho realidad. Una mujer plebeya que se enamoraba de un príncipe azul y se casaba con él.
La historia se ha repetido en toda Europa. Todos los príncipes herederos escogieron plebeyas que en pocos años serán las reinas de esos países, entre ellas una latinoamericana, la argentina Máxima Zorreguieta, que se casó con el príncipe Guillermo de Holanda en 2002 y ha logrado cautivar a sus súbditos con su espontaneidad.
También sonó mucho el caso de la princesa Victoria de Suecia, que en 2010 se casó con el que era su entrenador personal en un gimnasio de Estocolmo, Daniel Westling.
Middleton y Ortiz son muy queridas por el pueblo. Y su presencia, según todas las encuestas, ha reforzando la popularidad de la institución monárquica en sus respectivos países.
Más del 80% de los españoles aprobó en su momento la entrada en la familia real de Letizia, que además es una de las 10 personalidades más valoradas del país, según el organismo público Centro de Investigaciones Sociológicas. En cuanto a Middleton, el 59% los británicos prefiere que ella y Guillermo sucedan en el trono a la reina Isabel por delante del príncipe Carlos, de acuerdo con un sondeo publicado recientemente por The Sunday Times.
Las figuras de Kate Middleton y de la actual princesa de Asturias, Letizia Ortiz, tienen un paralelismo muy significativo, dijo en una entrevista a la AP el español José Luis Sampedro, analista y experto en monarquías.
Las dos comparten origen y han emprendido un proceso de educación y de maduración social que les permite acometer sus obligaciones como princesas y, posiblemente como reinas, con decoro, sensatez y la eficacia que se espera de ellas.
Middleton, de 29 años, nació en el seno de una familia de clase media adinerada, pero sin relación con el círculo aristocrático cercano a los Windsor. La futura princesa estudió en la prestigiosa Universidad de Saint Andrews, en Escocia, donde conoció a Guillermo.
Fundada en 1413, Saint Andrews es una de las universidades más antiguas de habla inglesa, en la que han estudiado destacas figuras como el premio Nobel de Medicina James Black o el filósofo John Stuart Mill. Hasta este momento, los herederos del trono británico se habían casado con mujeres pertenecientes sino a la realeza, por lo menos a la nobleza, explicó Sampedro. Ella (Middleton) es de una familia burguesa venida a más, pero que no tiene contactos aristocráticos.
Algo impensable hace sólo unos años, cuando lo habitual era ver matrimonios entre primos cercanos o lejanos con el único fin de salvaguardar la pureza de la sangre real. Middleton también rompió con otro patrón y la realeza inglesa entró a la modernidad: la pareja ha vivido junta antes del matrimonio con la bendición de la Reina Isabel, según los tabloides y revistas del corazón. Durante los ocho años de relación se fueron de vacaciones juntos y a solas a varios lugares.
Kate Middleton supone la reaparición de una figura femenina amable y cálida, que es lo que ellos (los británicos) perdieron con la muerte de Diana de Gales, dijo Ricardo Mateos, autor de varios libros sobre monarquías europeas.
En el contexto de una familia que es muy hierática, más bien fría, creo que Kate es una mirada tierna y más dulce. Es alguien que va a facilitar un acercamiento a la gente, añadió.
Un caso parecido al de Letizia Ortiz, de 39 años. La actual princesa de Asturias, esposa del heredero de la corona española Felipe de Borbón, también procedía de una familia de clase media de origen humilde.
Ortiz cursó estudios universitarios de periodismo y durante muchos años fue presentadora de informativos de la pública Televisión Española. Si Middleton y Guillermo de Inglaterra se conocieron en la universidad, cuenta la leyenda que el príncipe español se enamoró de su mujer viéndola cada tarde en el televisor.
Casada y divorciada de un primer matrimonio, el pasado de Ortiz no fue obstáculo para ser aceptada por los ciudadanos y por una familia real como la española, que profesa la religión católica.
Letizia Ortiz tiene un pasado, mientras que Kate Middleton es una chica muy joven, que no tiene pasado ninguno, dijo Mateos. Sin embargo, el tema del divorcio no me parece una cosa peyorativa en estos tiempos.
Está muy bien que tengan vida anterior, porque eso también ayuda, agregó. Tanto Ortiz como Middleton parecen gozar de un cariño especial entre su gente, quizá por ese pasado, con el que pueden identificarse miles de mujeres. O tal vez por su origen plebeyo, que, sin embargo, no les impidió enamorarse y casarse nada menos que con un príncipe.
Son carismas diferentes, relató Mateos. El carisma de Letizia viene de un deseo muy fundado, sólido, de hacer bien su papel de princesa.
Middleton tendrá que aprender y que despertar a la curiosidad de ciertas cosas. Pero es una mujer que se está haciendo querer mucho y además parece una chica amable, agregó.
Además, el eco mediático, también en la llamada prensa del corazón, es enorme cada vez que aparecen en público. Cada paso que dan se mira con lupa. Se analiza su estilismo y los modelos que eligen para vestir.
Tanto en Inglaterra como en España, las consortes actúan por representación de su marido, que en el fondo es en representación simbólica del rey, explicó Mateos. Pero eso no quita para que ellas atraigan gran parte de la atención mediática y del público.
Letizia Ortiz y Felipe de Borbón, junto a la reina Sofía, acudirán en representación de España a la boda en Londres.
Los príncipes Guillermo y Felipe se han tratado menos por cuestión de edad, consideró Mateos. Pero la relación entre las familias reales británicas y española es excelente.