Katrina 2005 y Septiembre 11, 2001

Katrina 2005 y Septiembre 11, 2001

HAMLET HERMANN
La vida está llena de coincidencias. El once de septiembre de 2001 el presidente George Walker Bush se encontraba de visita en una escuela primaria del estado de Florida cuando se le informó que las torres gemelas del World Trade Center (WTC) habían sido embestidas por dos aviones. Ahora, en 2005, cuando el huracán Katrina devastaba tres estados del sur norteamericano, el mismo Presidente estaba de vacaciones en su rancho de Crawford, Texas.

En 2001, Bush desapareció de la escena pública momentos después de enterarse de aquella situación. Pudo saberse que, en nombre de su seguridad personal, estuvo desplazándose entre bases militares suponiendo que sería víctima de otro ataque como el de las torres. Los resultados evidenciaron que estaba totalmente equivocado y que el país se perdió de su liderazgo durante los momentos más críticos. El Presidente norteamericano aparecería públicamente sólo cuando lo peor de la crisis había pasado. No obstante, nunca pudo responder a las críticas por no estar en el puesto de mando que su cargo le exigía cuando el pueblo más lo necesitaba.

En 2005, a Bush pareció no importarle la inigualable y devastadora magnitud del desastre del huracán Katrina para que evadiera la responsabilidad en esta otra crisis. Optó por persistir en sus vacaciones. Eso sí, sacaría un tiempito libre para politiquear en mítines del Partido Republicano mientras los muertos se multiplicaban exponencialmente en Louisiana, Mississippi y Alabama.

Por esas y otras coincidencias que la vida ofrece descubrimos que el presidente W. Bush no es muy dado a estar a la vanguardia de los problemas. Parece que le va mejor en la retaguardia, allí donde no se escuchan siquiera los rumores del frente de batalla. La evasión del servicio militar obligatorio en Vietnam en base a las relaciones políticas de su padre refuerza la idea de que la dolencia es antigua y que ha hecho metástasis en su conciencia.

De la misma manera que observamos al presidente Bush, tendríamos que analizar el comportamiento de algunas instituciones de la gran nación norteamericana, arquetipo muchas veces utilizado de organización, eficiencia y disciplina. Basado en el Acta de Libertad de Información (FOIA) de Estados Unidos, el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington obtuvo recientemente unos documentos, desconocidos durante cuatro años, que muestran la cara oculta de la luna de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Estos documentos pueden ser conocidos y analizados por los interesados en el tema si visitan el portal de Internet http://www.gwu.edu. Allí podrían empezar a darse cuenta de que la negligencia gubernamental norteamericana demostrada con el huracán Katrina no es algo casual sino sistemático. También en los actos terroristas de septiembre de 2001 las principales autoridades e instituciones de Estados Unidos desaprobaron la asignatura de proteger a sus ciudadanos. O lo que es lo mismo decir, tanto en 2001 como en 2005, las víctimas fueron más y las pérdidas materiales mayores debido a que el gobierno de Estados Unidos miraba hacia otro lado mientras el terrorismo y la madre natura actuaban ferozmente.

El once de septiembre de 2001, diez minutos después de que el vuelo 11 de American Airlines se estrellara contra la torre norte del World Trade Center (WTC), los controladores aéreos de la Agencia Federal de Aviación (FAA) detectaron el vuelo 175 de United Airlines (UA) que se dirigía hacia la isla de Manhattan en New York. De acuerdo con lo que revelan los documentos hechos públicos la pasada semana la ingenuidad de los controladores de la FAA fue excesiva. Según sus declaraciones escritas, supusieron que dicho avión buscaba un lugar donde realizar un aterrizaje de emergencia y no fueron capaces de imaginar que se estrellaría sobre el WTC a pesar de que en ese momento estaban en pleno conocimiento de lo que había tenido lugar en la torre gemela norte. Fue tanto el descuido de la FAA que sólo informaron al mando militar sobre el vuelo UA 175 cuando éste se había estrellado contra la segunda torre del WTC. La FAA se comportaba en ese momento del 2001 de la misma manera que lo haría la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) con el huracán Katrina en 2005.

Visto el caso y comprobados los hechos, los fundamentalistas neo conservadores de la Casa Blanca han obtenido un suspenso en cuanto a proteger los intereses de la ciudadanía de su país. Prefieren hacer la guerra en países extraños antes que preservar el bienestar de los suyos dentro del propio territorio. Como dirían en el campo: prefieren ser candil en la calle y oscuridad en la casa.

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