Ken Griffey Jr. y Mike Piazza, listos para entrar al recinto sagrado

Ken Griffey Jr. y Mike Piazza, listos para entrar al recinto sagrado

Nueva York.- Los expeloteros Ken Griffey Jr. y Mike Piazza vivirán el momento más decisivo e inolvidable de sus brillantes carreras profesionales cuando el domingo por la tarde sean introducidos al Salón de la Fama de Cooperstown.

Si en el campo de juego fueron brillantes y decisivos, ahora juntos también harán historia este año por los lugares en que fueron elegidos en el sorteo aficionado al final de la década de los 80.

Griffey Jr. representa la selección más alta en la historia que termina siendo un inmortal del béisbol, a la vez que Piazza es el jugador que más tuvo que esperar en dicho proceso para ser elegido por un equipo y finalmente terminar en Cooperstown.

Mientras que Griffey Jr. fue el primer prospecto seleccionado en el sorteo entero de 1987, por los Marineros de Seattle, al año siguiente, Piazza fue el jugador número 1.390 seleccionado en dicho proceso, en la 62 ronda por los Dodgers de Los Ángeles.

Ambos estelares de la década de los 90 y la primera parte del presente milenio tuvieron lazos familiares en el béisbol. El padre de Griffey Jr., Ken Griffey, tuvo una carrera bastante sólida de 19 años en las Mayores, en la que formó parte de la Gran Maquinaria Roja de los Rojos de Cincinnati que ganó las Series Mundiales de 1975 y 1976.

Griffey hijo se pasó bastante tiempo de su niñez en los predios del antiguo Riverfront Stadium, de Cincinnati, donde los hijos de figuras como Pete Rose (Petey), el cubano y Salón de la Fama Tany Pérez (Eduardo) y el dominicano Pedro Borbón (Pedro hijo) decían presentes en el clubhouse de los Rojos.

Pero solamente cuando el equipo ganaba, según la regla impuesta por el legendario piloto Sparky Anderson (también exaltado a Cooperstown después de su trayectoria en la cueva).

El pedigrí de Griffey Jr. jamás se cuestionó y su talento en el diamante superó al de su padre, con quien llegó a jugar al principio de su carrera en Seattle y pudo hacer historia al dar jonrones consecutivos ambos en un partido el 14 de septiembre de 1990.

La brillante carrera de Griffey Jr. le permitió concluirla con una marca de 630 jonrones, 1.836 empujadas, y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .907. Además logró cuatro títulos de jonrones de la Liga Americana, 10 Guantes de Oro, siete Bates de Plata, un Premio al Jugador Más Valioso (MVP) del Joven Circuito y 13 Juego de Estrellas. Griffey Jr. fue elegido al Salón con un apoyo récord del 99,3 por ciento de los votos de parte de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA).

La elección de Griffey Jr. se dio en su primera oportunidad en la boleta, y será el primer jugador exaltado con una gorra de los Marineros, equipo con el que más brilló de 1989 a 1999.

También se destacó con los Rojos desde el 2000, antes de vestir el uniforme de los Medias Blancas de Chicago y finalizar su carrera de vuelta en Seattle.

La trayectoria de Piazza, que también tuvo un vínculo familiar que le ayudó a iniciarse en el deporte del béisbol fue de una manera totalmente distinta a la de Griffey Jr., quien fue elegido en el sorteo por el mérito de su talento además de apellido importante.

Como adolescente, Piazza no llamó mucho la atención como primera base ni en la escuela secundaria ni en el junior college. Sin embargo, el padre de Piazza, Vince, era amigo de la infancia del entonces piloto de los Dodgers, Tom Lasorda, quien convenció a la organización a seleccionar al joven en aquella ronda del sorteo.

“Fui afortunado de que Tommy estuviera ahí para por lo menos ayudarme a abrir esa puerta”, declaró Piazza en una llamada por conferencia organizada por el Salón de la Fama hace una semana. Es muy poco probable que Piazza hubiera recibido tal oportunidad sin ese favor de Lasorda.

Pero Piazza puso de su parte, convirtiéndose en receptor en la academia de los Dodgers en la República Dominicana, Campo Las Palmas. Allí hizo lo necesario para luego enseñar lo que traía como receptor en liga menor.

“Cuando hice la transición de un primera base lento a un receptor lento, pero que bateaba, aumentaron mis oportunidades”, comentó el nuevo inmortal, quien también brilló en la Liga Mexicana del Pacífico con promedio de .330 y 16 jonrones por las Águilas de Mexicali en la temporada 1991-92.

Luego a través de una carrera de 16 años en Grandes Ligas, Piazza puso una marca de las Mayores con 396 jonrones como receptor, rumbo a 427 bambinazos en el computo final. Produjo 1.335 carreras y terminó con OPS de .922 por los Dodgers, Marlins de Miami (sólo cinco juegos), Mets de Nueva York, Padres de San Diego y Atléticos de Oakland.

Piazza fue Novato del Año de la Liga Nacional en 1993, el inicio de una trayectoria que incluyó 10 Bates de Plata y 12 participaciones al Juegos de Estrellas, pero no fue candidato a ganar un Guante de Oro como receptor, sobre todo por su falta corredores atrapados en intentos de robo en la segunda.

En su cuarta oportunidad en la boleta, Piazza fue elegido con el 83 por ciento de los votos (el mínimo para ser exaltado es un 75). Piazza ingresará a Cooperstown como integrante de los Mets, segundo pelotero en la historia de los metropolitanos en hacerlo y se une a Tom Seaver, primero en conseguirlo, en 1992.