Casi diez meses después de que el primer ministro de Haití, Ariel Henry, pidiera el envío de una fuerza multinacional, Kenia ha anunciado su disposición a liderar esa misión y a desplegar 1,000 policías en el país en un intento de ayudar a poner fin a una crisis multidimensional y a una violencia extrema que desangran desde hace tiempo a la población.
Seis años después del fin del mandato de la cuestionada Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah), la posible llegada de dicha fuerza, aunque esperada, genera inquietud en el país, donde este tipo de misiones -10 en los últimos 30 años- siempre ha sido objeto de controversias.
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Una fuerza para frenar las poderosas bandas armadas de Haití
Henry viene insistiendo desde octubre en la necesidad de una fuerza internacional que ayude a pacificar esta nación, un llamado al que se han sumado figuras como el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, o el presidente dominicano, Luis Abinader, que advierte de las repercusiones de la crisis haitiana en su país, ya que ambos comparten la isla.
En estos meses, el país, donde casi la mitad de la población padece hambre aguda, ha sufrido repetidas masacres que han dejado decenas de muertos y heridos, cientos de casas quemadas y miles de refugiados internos.
Las bandas armadas se han hecho más poderosas desde entonces, actuando con impunidad y sustituyendo a las autoridades, que hacen poco o nada para frenar la crisis.
El ministro de Asuntos Exteriores de Kenia, Alfred Mutua, anunció el sábado que su país acordó enviar 1,000 policías a Haití y que el despliegue “se concretará una vez que se obtenga un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y se emprendan otros procesos constitucionales kenianos». Tras el anuncio, la posibilidad de una intervención parece cada vez más cerca, pero las reacciones no se han hecho esperar y muchos advierten de la inexperiencia de Kenia en esta materia.
Mientras una parte de la población espera con impaciencia la llegada de esta misión, otra muestra reticencia, dado el legado histórico de las misiones anteriores, como la Minustah, responsable del brote de cólera de 2020, que dejó miles de muertos, y acusada de abusar sexualmente de decenas de mujeres haitianas. Otros, en cambio, afirman que el hecho de que los haitianos sean físicamente parecidos a los kenianos facilitaría la aceptación de una misión de la ONU en el país.
En su primera reacción al anuncio de Kenia, el canciller haitiano, Jean Victor Généus, acogió con “gran interés” las declaraciones de su homólogo keniano “confirmando la voluntad de este país hermano de aportar un apoyo eficaz a las fuerzas del orden haitianas” en su lucha por restablecer un entorno seguro en el país. También destacó el hecho de que esa nación considere asumir el liderazgo de la misión “tan pronto como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas haya dado su aprobación”, dijo. Haití “aprecia esta muestra de solidaridad africana, y estará encantado de acoger la misión de evaluación propuesta por Kenia en las próximas semanas”, concluyó.
Por su parte, el exprimer ministro y excanciller Claude Joseph se preguntó si «¿puede una Policía que no es profesional en su propio país serlo en otros lugares?.