¡Sorpresa!. Así quizás llamarían algunos entendidos del baloncesto de la NBA al repunte que han tenido esta temporada los equipos de Golden State Warriors y Atlanta Hawks, quienes presentan los mejores récords en sus respectivas conferencias.

No hay duda que las inversiones de sus ejecutivos en las contrataciones de sus jugadores conjuntamente con su paciencia serían parte del soporte de su éxito.

Pero la realidad es que dentro de ese “glamour” se oculta detrás de la cortina dos figuras que velan por su buen manejo.

Nos referimos a los dirigentes responsables de sacar al máximo lo mejor de lo mejor a sus jugadores, trabajo, el cual, lo puede hacer merecedor del prestigioso premio de Dirigente del Año en la NBA.

Por el momento, el galardón parece estar encaminado sobre Steve Kerr y Mike Budenholzer, de los Warriors y Hawks, respectivamente, quienes por sus grandes estrategas han sido seleccionados para ser los coaches para el próximo Juego de Estrellas, a celebrarse este domingo entre la Conferencia Este y Oeste.

Cuando Steve Kerr tomó las riendas de los Warriors luego de que éstos prescindieran de los servicios de Mark Jackson, pocos imaginaban el enorme impacto que iba a tener el novel dirigente en el equipo californiano.

Los Warriors se destacaban por ser un equipo sumamente ofensivo, sin embargo, Kerr ha adoptado una filosofía de juego más calmada y ésto se ha traducido en convertir a Golden State en el equipo más completo a ambos lados de la cancha.

En apenas su segunda temporada al mando, el dirigente Mike Budenholzer le dio los últimos toques a las alas de Atlanta para ser uno de los mejores equipos que juega esta temporada. Y su estrategia es adoptada del conjunto más exitoso en la pasada década.

¡Muy bien!.