Kerry barre comicios «Supermartes»

Kerry barre comicios «Supermartes»

NUEVA YORK (AFP).- John Kerry podría quedar convertido «de facto» en el candidato demócrata que enfrentará al presidente republicano George W. Bush el 2 de noviembre, si este martes obtiene una victoria concluyente en las elecciones primarias previstas en 10 estados.

Las encuestas dan la delantera a Kerry en todas las primarias y le ponen fuerte presión a su rival más cercano, el senador John Edwards, para que se retire de la contienda.

Un total de 1.151 delegados de 2.162 necesarios para obtener la candidatura están en disputa en California, Connecticut, Georgia, Maryland, Massachusetts, Minnesota, Nueva York, Ohio, Rhode Island y Vermont.

Kerry tiene 727 delegados contra 212 de Edwards, y aunque en términos matemáticos una victoria total no le asegura la candidatura, se da por sentado que sellaría sus aspiraciones y que la convención del partido el próximo mes de julio en Boston sería un mero trámite.

El senador por Massachusetts, ganador de 18 de 20 primarias celebradas hasta la fecha, ya apunta a las elecciones presidenciales del 2 de noviembre contra Bush, a quien las encuestas muestran cada vez más vulnerable.

«Vengo aquí esta noche para marcar el comienzo del fin de la presidencia de Bush», dijo Kerry a una multitud que lo aplaudía en su mitin final en la ciudad de Atlanta (Georgia, sur).

Hablando tras los atentados que dejaron más de 100 muertos este martes en las ciudades iraquíes de Kerbala y Bagdad, Kerry dijo que la violencia continua en Irak se debe «al fracaso de su política unilateral, ideológica», en referencia al presidente George W. Bush.»

«Europa y las naciones árabes todas tienen interés fundamental en no tener un Irak fracasado. Pero George Bush ha fracasado por completo en traerlos a la mesa de una manera seria», dijo Kerry a la cadena CNN.

Mientras los demócratas se concentran en las internas, Bush echó mano de su discurso sobre su expediente de trabajo como garante de la seguridad en Estados Unidos tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, y preparaba una ofensiva importante contra Kerry.

Elogió al recién creado departamento de Seguridad Interior, al que se opuso inicialmente, pero advirtió que la «vida nunca regresará realmente a la normalidad mientras haya un enemigo al acecho en las sombras»

«Nuestros enemigos están heridos pero no vencidos. Todavía desean atacar a Estados Unidos otra vez. Esa es la realidad que vivimos», dijo Bush.

Las encuestas demuestran que la popularidad del Presidente sigue cayendo, pero los republicanos, con 100 millones de dólares a su disposición para la campaña, recién calientan los motores de su maquinaria de reelección.

«Es tiempo ahora de que se convierta en una contienda electoral entre dos hombres», dijo el portavoz de la campaña de Bush, Terry Holt, a la cadena CNN el lunes.

El jueves la campaña de Bush planea lanzar una ofensiva en los medios de dos meses de duración, con anuncios en televisión por cable dirigidos en particular a 17 Estados en donde la contienda puede ser más cerrada.

Un combativo Kerry (60), por su parte, dijo que estaba listo para la batalla.

«Les vamos a probar, por todo el país, que el pueblo estadounidense quiere algo mejor (…) y que las tácticas (de calumniar) no funcionan», dijo, mientras criticaba el récord de Bush en el empleo, la salud y la política exterior.

«Nunca he visto un terreno de juego tan inclinado en contra del trabajador estadounidense promedio como hoy», dijo, «la única persona en Estados Unidos que merece ser despedido es George Bush».

La comitiva de Kerry también ha adoptado un aura más presidencial, con un nuevo avión y un pequeño grupo de agentes del Servicio Secreto que ahora lo vigilan.

Edwards (50), estuvo el lunes haciendo campaña por Ohio y Georgia, dos Estados en donde esperaba que su discurso contra la pérdida de empleos calara hondo. Pero incluso aquí los márgenes de ventaja de Kerry son de doble dígito.

A pesar de las señales de los líderes demócratas de que ya es tiempo de que el partido se una detrás de un candidato, Edwards insistió en que permanecerá en carrera aunque pierda todas las primarias del martes.

«Estoy tan listo para esta pelea», dijo, «si me dan una oportunidad con George Bush les devolveré la Casa Blanca».

Edwards acentuó en los últimos días sus críticas previamente livianas contra Kerry, e intentó pintarlo como un político más de Washington, alejado del mundo real y favorable a políticas económicas que alientan el desempleo en el país.

Kerry contestó que el país necesita un presidente «con la capacidad probada de ponerse de pie y asumir duras peleas».

El intercambio ocurre en medio de la incertidumbre sobre una posibilidad de que Kerry-Edwards se convierta en una fórmula electoral, que según algunos estrategas tiene mayores oportunidades para derrotar a la dupla Bush-Dick Cheney.

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