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KANSAS CITY, EEUU (AFP).- En momentos en que los precios del crudo prosiguen su alza vertiginosa, el candidato demócrata a la presidencia, John Kerry, presentó este viernes su programa en materia de energía, que prevé el desarrollo de nuevas fuentes, para reducir la dependencia petrolera de Estados Unidos.
Mientras los precios del petróleo siguen aumentando, el senador prometió que antes de 2020, el 20% del consumo de energía de los vehículos estadounidenses provendrá de fuentes alternativas producidas en el país.
«Importamos 61% del petróleo que consumimos, y Dios sólo nos dio 3% de las reservas mundiales de petróleo», constató desde una granja cerca de Kansas City (Misuri, centro), escogida para mostrar la importancia de las energías alternativas, como la proveniente de la biomasa (residuos agrícolas).
Kerry promete crear un Fondo para la Seguridad y la Conservación Energética, dotado de 20.000 millones de dólares provenientes de las ganancias provenientes de las explotaciones federales de petróleo situadas a lo largo de las costas estadounidenses.
Ese Fondo estimularía el desarrollo de nuevas fuentes de energía, pero también de tecnologías que consuman menos energía (sobre todo en la industria automotriz) a través de incentivos fiscales, asociaciones con los sectores industrial y agrícola.
El candidato evitó, en cambio, pedir a los propios consumidores que ahorren energía: «Pensamos que todos los estadounidenses deberían poder conducir coches, SUV (a mitad camino entre las 4X4 y el monoplaza) y camionetas, pero todos esos vehículos deberían ser más eficientes» en el consumo de energía.
John Kerry llama a diversificar las fuentes de energía: gas natural (desarrollar su explotación en el Golfo de México), carbón («una parte de la solución energética del siglo XXI»), pétroleo de fuera de la OPEP, etanol, biodiesel.
El programa también hace referencia a la energía nuclear, aunque destaca los desafíos que supone reciclar los residuos y la seguridad de las centrales. Esta fuente de energía, que satisface 20% de las necesidades de electricidad de los norteamericanos, «puede cumplir un papel decisivo al suministrar una energía accesible reduciendo los riesgos vinculados al cambio climático», estima el plan de Kerry.
Frente a la disparada de los precios, el candidato contempla la vía diplomática para restablecer las relaciones con el exterior y reducir las tensiones en Medio Oriente.
También promete racionalizar las leyes y regulaciones estadounidenses, diferentes de un Estado a otro, lo que complica las condiciones de producción de las refinerías.
De hecho, con un consumo nacional de combustible que creció 5% en el último año, Estados Unidos tiene dificultades para satisfacer la demanda a causa de su menor capacidad de refinado. John Kerry no propone, sin embargo, construir nuevas instalaciones (la última fue en 1976).
En materia de precios, propone asimismo administrar las reservas estratégicas de una manera diferente a como lo ha hecho George W. Bush, quien eligió mantenerlas en su máximo nivel. El equipo de Kerry indica que tampoco tiene la intención de recurrir a las reservas, pero que dejará de tenerlas siempre completas, con el objetivo de no hacer presión sobre el precio del crudo.
Para los responsables de la campaña de Kerry, «los precios del petróleo alcanzaron esta semana niveles récord, y la administración Bush no hizo nada para enfrentarlos y poner fin a nuestra dependencia del petróleo extranjero».
«Estados Unidos será más seguro y más libre cuando los recursos que alimentan nuestra economía estén en nuestras manos y cuando desarrollemos fuentes energéticas en nuestro país», afirmó el candidato presidencial demócrata. «Ningún joven uniformado debe terminar como rehén a causa de nuestra dependencia del petróleo de Medio Oriente».
