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NUEVA YORK (AFP).- El sudcoreano Ban Ki-moon, quien se desempeñará como secretario general de la ONU a partir del 1 de enero, prestó juramento ayer ante los representantes de los 192 países miembros y prometió cumplir sus funciones con “lealtad, sensatez y conciencia”.
Durante una ceremonia en el anfiteatro de la Asamblea General, la presidenta de la Asamblea, Haya Rashad al-Khalifa, tomó juramento al ex ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, elegido en octubre para un mandato de cinco años a la cabeza de la ONU. “Yo, Ban Ki-moon, juro solemnemente ejercer las funciones de secretario general de Naciones Unidas que me son confiadas, con lealtad, sensatez y conciencia”, declaró Ban.
Con la mano derecha levantada y la izquierda sobre la Carta de las Naciones Unidas, Ban, de 62 años, se comprometió a ejercer sus funciones “teniendo presente solamente los intereses de Naciones Unidas”, y a “no buscar ni aceptar instrucciones (…) de gobierno alguno o de otra autoridad exterior a la Organización”.
Luego en un discurso, el diplomático sudcoreano rindió un homenaje a su predecesor, el ghanés Kofi Annan, prometiendo continuar su obra, en particular la reforma de la institución.
Declaró que una de sus principales tareas será “revivir y suscitar una renovación de confianza hacia una secretaría de la ONU un poco agotada”.
Ban llega a la cabeza de la organización mundial mientras está en curso una profunda reforma de su funcionamiento y de ciertas estructuras, considerada necesaria tanto por las exigencias de un mundo en mutación y de varios escándalos internos por mala gestión o corrupción, principalmente el del programa “petróleo por alimentos” en Irak.
“Me esforzaré para establecer los criterios éticos más elevados. La buena reputación de la ONU es uno de sus activos más preciados, pero también uno de sus más vulnerables”, dijo.
La ceremonia comenzó con un homenaje solemne de la Asamblea, seguido de una ovación de pie, a Annan.
La Asamblea adoptó por aclamación una resolución que lo felicita por “su contribución excepcional a la paz y la seguridad internacionales, así como sus esfuerzos destacados por reforzar el sistema de Naciones Unidas, la promoción y la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales para todos, con miras a un mundo mejor”.
A su turno, Annan, de 68 años, quien deja su puesto el 31 de diciembre luego de 10 años a la cabeza de la ONU, rindió un homenaje a los estados miembros, sin los cuales la reforma de la Organización no sería posible, y al personal de la ONU, “hombres y mujeres excepcionales”.
En rueda de prensa tras prestar juramento, el secretario general designado calificó de “inaceptable” la tragedia en Darfur, región de Sudán inmersa en una guerra civil.
También criticó a Irán por albergar una conferencia para relativizar el Holocausto. “La negación del Holocausto no es aceptable”, indicó.
De igual forma instó a Teherán a retomar las negociaciones con las potencias europeas sobre su polémico programa nuclear, al tiempo que destacó que una de sus prioridades al asumir la secretaría general será la deteriorada situación del Medio Oriente.
Conciente de los recientes hechos de corrupción y escándalos de abuso sexual que dañaron al organismo internacional, Ban prometió “establecer los más altos estándares éticos” y conducir la organización “con el ejemplo”.
En un tono más ligero, Ban reprobó un examen de francés, al no poder responder a un reportero que le preguntó en ese idioma por qué el francés debe seguir siendo la segunda lengua de trabajo en la ONU.
Luego de tener que ser ayudado por un asesor, Ban dijo que la organización emplea el francés por “conveniencia y practicidad”.
Tradicionalmente, al secretario general de la ONU se le exige conocer ese idioma.
Mientras, el embajador en funciones de Estados Unidos -país que jugó un papel clave en la designación de Ban- ante la ONU, Alejandro Wolff, dijo que el venidero secretario general “tiene todo nuestro respeto”.
