ORLANDO, EEUU. AFP. Poniendo el pecho a las críticas luego de su actuación el martes en el tercer partido de la final de la NBA, Kobe Bryant asegura que tuvo una «noche mala» pero que Los Angeles Lakers tienen suficiente experiencia para asumir el revés y salir adelante contra Orlando Magic.

Con una tremenda puntería en sus tiros de cancha, los Magic doblegaron 108-104 a Lakers el martes, para acercarse 2-1 en la serie al mejor de 7 juegos por el título 2009 de la NBA.

En ese encuentro, Bryant cometió dos costosas pérdidas de balón en el minuto final, y falló al menos tres tiros que hubieran podido cambiar la historia del encuentro, de la serie.

Uno tiene días como esos, donde simplemente no es tu día. Fue una mala noche como la puede tener cualquiera, dijo Bryant este miércoles, antes de comenzar los entrenamientos de los Lakers en la Amway Arena de Orlando.

Pese a anotar 31 cartones en el choque, el canastero angelino fue de más a menos en el partido, algo que él mismo reconoce.

Empecé con buen tiro, pero después ellos hicieron ajustes y no pude encontrar el ritmo, reconoció Kobe, quien marcó 17 puntos en el primer cuarto para caer silenciado en el resto del partido.

Pienso que es mi responsabilidad en este equipo mantener una secuencia, hacer un poco más, anotar y dar más pases, involucrar más a mis compañeros en el juego. Algunas veces uno tiene que sacrificar su ritmo para tratar de regenerar el juego, y en eso fallé anoche, aceptó.

Empero, dijo que tampoco va a ser del ‘mea culpa’ una tragedia, pues como profesional tienen que saber vivir con estas cosas.

No me voy a golpear la cabeza contra la pared. Simplemente, saldré mañana (hoy) a hacer mi mejor trabajo, aceptó.

El astro angelino dijo que el jugar de visitantes no representa ningún ‘handicap’ para los Lakers.

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Créditos

Kobe Bryant reconoció que los Magic tuvieron una noche fantástica al conseguir un 62.5 por ciento en sus tiros de campo, récord para partidos de una final, mejorando el 61,7 por ciento que tenían desde 1991 los míticos Chicago Bulls de Michael Jordan y Phil Jackson, precisamente contra los propios Angeles Lakers.