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Naciones Unidas, (EFE).- El secretario general de la ONU, Kofi Annan, defendió ayer la permanencia de la Misión del organismo para la Estabilización en Haití (MINUSTAH), aunque alertó que sin la asistencia internacional no podrá avanzar en el desarrollo haitiano.
Annan, que participó en una reunión del Consejo de Seguridad para debatir la situación en Haití, a la que asistió el presidente electo René Préval, manifestó que el pueblo haitiano tras las elecciones del pasado 7 de febrero, están experimentando un nuevo comienzo.
Este acontecimiento debe animarnos a realizar más esfuerzos en Haití, que acaba de empezar su largo recorrido hacia un futuro democrático y estable. Haití necesita y merece nuestra asistencia para que puede llegar a su destino, resaltó Annan.
Para ello, indicó que es necesario que continúe la operación pacificadora de la ONU, aunque reconoció que las tareas que puede realizar la misión son sólo para paliar las necesidades más urgentes de los haitianos.
Se requiere una asistencia bilateral generosa y coordinada para ayudar a los esfuerzos que lleva a cabo el operativo, observó Annan.
La MINUSTAH, creada el 1 de junio de 2004, cuenta con un total de 7.300 militares y 1.700 policías de diversos países, con fuerte presencia latinoamericana. La fuerza, encabezada por el chileno Juan Gabriel Valdés, que abandonará el cargo en las próximas semanas, tiene el mandato del Consejo de Seguridad para permanecer en Haití hasta el 15 de agosto próximo, aunque los plazos son prorrogables.
En la reunión, Préval, quien tomará posesión de su cargo el próximo 14 de mayo ante la Asamblea Nacional haitiana, hizo hincapié en la necesidad de un apoyo internacional a Haití a largo plazo para que el país pueda crear las condiciones de seguridad y estabilidad que permita atraer capital e inversiones.
Lo más esencial es la inversión privada, que permita crear infraestructura en carreteras, electricidad, agua y afrontar la degradación del medio ambiente, dijo en rueda de prensa.
El presidente electo haitiano manifestó que es imposible reconciliar a la burguesía y la clase trabajadora, pero que sí se puede entablar un diálogo para alcanzar una cooperación entre los distintos sectores de la sociedad haitiana.
Toda la clase dirigente política y la sociedad civil, con sus varios componentes, entre ellos los trabajadores, deben participar para crear una visión común para Haití, señaló.
El planteamiento es crear perspectivas de desarrollo a largo plazo, entre 25 y 30 años, según sus cálculos, porque nunca será posible resolver el problema fundamental que existe entre el capital y los trabajadores.
En términos inmediatos, Préval pidió que se convocara a una conferencia para que los países reafirmen y hagan efectivos los compromisos adquiridos en la reunión de donantes en Washington del junio de 2004, en que se logró recaudar 1.085 millones de dólares.
