Kranwinkel dijo: “Yo no me lo imaginé. Cuando era un niño, un jovencito, no tenía perspectiva. Las cosas sucedieron, así.
¿Cómo usted llega al deporte, Frank? ¿Cómo llega al baloncesto?. A lo que responde Frank Kranwinkel: “Bueno, yo era un tiguerito malo. Era travieso.
Así lo plantea el inmortal del deporte y veterano cronista deportivo, Frank Kranwinkel, una de las leyendas de la crónica deportiva por varias décadas, al ser entrevistado por el periodista Julián Suero, en el libro “Reservas de la Crónica Deportiva”, auspiciado por el Banco de Reservas.
“Peleaba mucho, provocaba desorden, todo eso. Entonces, cuando entré a La Normal, en el primer curso, vinieron a buscar gente para formar un equipo de baloncesto y yo no jugaba baloncesto. Pero mi compañero de al lado me dijo, a los que están en el equipo de baloncesto, lo sacan una vez a la semana para practicar”, recordó..
¿Esa fue la motivación?
“Si, entonces yo levanté la mano, y dije ¡yo juego!
Y yo no jugaba. Entonces me metieron en el equipo y los días que éste jugaba iba a verlo, pues el equipo no tenía ni tenis ni uniforme. En la ocasión en que yo bajé a un juego, un joven de apellido Castellanos se enfermó, y solo había cinco jugadores para empezar el partido, entonces quedaban cuatro”, indicó.
Las reglas no permiten que empiece el juego cinco contra cuatro. Dijeron, pero ahí está Frank, entonces quien estaba indispuesto me prestó el uniforme y los tenis, y entré a la cancha, pero como no sabía jugar cogí un rebote, me dieron falta, por lo que me llevaron a la línea de tiro libre.