La “conceptualización” como evasión

La “conceptualización” como evasión

Platón nació en 427 antes de Cristo, o poco antes, y murió en 347 con 80 años. Fue alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles. Se afanó por sistematizar las categorías del conocimiento y fue un precursor de la epistemología, que es la doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico. Las nociones acerca de la belleza en la cultura occidental poseen una raíz esencial en sus ideas.

Pitágoras de Samos nació alrededor de 582 antes de Cristo y murió en 507 a los 75 años de edad.

Fue un filósofo y matemático griego; su famoso teorema postula que “en un triángulo rectángulo, la suma de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa”, lo cual para mí sigue siendo griego. La “filosofía” o escuela de pensamiento de Pitágoras sostiene que la estructura del universo es aritmética y geométrica.

La estética “numerística” ve belleza en fórmulas o ecuaciones, que es un brinco enorme para la inteligencia, pues, ¿ha tenido alguien a un tres o un siete entre manos? Pitágoras fue también un precursor social, pues en su academia había estudiantes de todas las razas, religiones, y orígenes sociales o económicos.

 Influido por Pitágoras, Platón postuló ciertas nociones sobre las formas basadas en la armonía, la manera en que las partes de un todo se relacionan entre sí; esa relación forma parte del canon, que es la regla o precepto sobre cómo debe ser algo o el modelo de características perfectas, de la belleza. Estas ideas sobre la armonía, según Platón, resultaban de que todos los entes que pueden percibirse por los sentidos son imperfectos y deficientes.

Lo que percibimos o sentimos no es más que una sombra o reflejo de alguna idea perfecta y autónoma, que existe independientemente de nuestras imperfectas percepciones. La razón y el entendimiento nos acercan a esas ideas perfectas, dice Platón, y los sentidos son engañosos.

Su discípulo Aristóteles contradijo esta apreciación, postulando que la ciencia sólo puede fundamentarse en aquello que es observable. Es curioso que, mientras las teorías de Aristóteles constituyen el fundamento de toda la ciencia, las ideas de Platón acerca de la belleza y el arquetipo, cuyas raíces antedatan la cultura griega y que él quizás conoció en Egipto, todavía hoy constituyen la base de casi toda explicación sobre estética.  Veinticuatro siglos después, aquí “conceptualizan” don Amable y don Hipólito…

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