La “evangelización” neuronal

La “evangelización” neuronal

Ala Sra. Margarita Noboa Warden,  dama de exquisito trato, quien escribió un libro sobre su ciudad natal llamado “Puerto Plata, La Reina del  Océano Atlántico” y que ella amablemente me lo dedica con fineza, he tenido la honra de tenerla de paciente. Ha sido una experiencia grata.

Estoy autorizado por ella a comentar públicamente su caso, que para mí ha sido aleccionador y fue de esas ocasiones que uno en meditación íntima se pregunta si nuestra forma de pensar anterior era la correcta o si en verdad eran torpes e inadecuadas nuestras acciones y comprendemos de momento la necesidad de un cambio, o si tenemos que –reinventar- nuestra forma de pensar sobre la naturaleza del trabajo neurológico que hacemos.

La adolorida dama, al visitarnos nos enfatizó que -no volvía a ningún otro galeno, pues ya había visitado tres médicos- felizmente ninguno neurólogo, pero no le había resuelto su dolorosa experiencia por una “culebrilla intercostal”, el llamado Herpes Zoster, que en verdad está entre las condiciones humanas más dolorosas, y cae esta infección viral en el dolor conocido como –neuropático- éste tiene la característica de que pasado el daño tisular inicial se desencadenan una serie de síntomas sensoriales como consecuencia del daño a la neurona misma, lo cual genera “focos ectópicos”, que producen estímulos dolorosos, aun haya pasado la injuria y no se tengan evidencias visuales de alteración.

Iniciamos tratamiento y tuvimos la suerte de yugular las crisis dolorosas de la paciente.

En nueva visita, en la ocasión muy sonriente y sin ningún dolor, me dice:  “estoy evangelizando mis neuronas y se han sanado”.

Yo, que no comprendí el amplio significado,  le pedí una explicación, pero prefiero que sea la dedicatoria que ella me hace en su libro que nos obsequió, lo que nos describa esa experiencia> “Evangelizando a las Neuronas.

Apreciado Dr. Silié, era más reconfortante leer su habitual columna dominical, que ser su paciente< pero así es  la vida, nadie sabe lo que le deparará el destino. 

Realmente estoy en una profunda revisión de mi forma de vida, y ahora que me he enfrentado con el verdadero significado de mis neuronas, he decidido evangelizarlas. En el imaginario de mi existencia, las veo como niñas de trenzas largas con lazos de colores, sentaditas es sus sillitas de madera y guano, ordenadas y felices oyendo la palabra del Señor. De vez en cuando alguna de ellas  se distrae admirando el Océano Atlántico o admirando la montaña Isabel de Torres, pero ligerito se reintegran a la enseñanza cristiana< todas quieren estar cada día más cerca del Señor, porque aquel que vive  compenetrado de la voluntad de Dios, revelada en sus palabras, logra armonía en el pensar,   en el sentir y en el actuar. De eso se trata, la evangelización de las neuronas. Con afectos, Margarita”

El  aprendizaje del médico es hasta la muerte, he aprendido con este caso. Las experiencias y vivencias son interminables, por eso me inscribo en los “dialécticos”, con capacidad de entender las heterogéneas formas de pensar y aceptarlas. Jamás había oído de “evangelizar las neuronas”.

Doy fe de que esta paciente, luego de un periodo de gran sufrimiento había logrado volver a sonreír.

He aprendido algo místico con esta terapéutica espiritual, junto al diagnóstico y tratamiento neurológico correcto, y el poder indiscutible del pensamiento.

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